Este Valencia entra en coma
El Valencia CF le dio un nuevo disgusto y de los grandes a su hinchada a pesar de salvar el empate con el tiempo cumplido ante el Sevilla FC. El Valencia-Sevilla se había planteado como una final casi definitiva para los de Marcelino en su lucha por recuperar el tiempo perdido y engancharse a las posiciones europeas y así discurrió en el campo, donde el Valencia aguantó hasta el 54, momento en el que, con el gol de Sarabia, se diluyó como un terrón de azúcar. Al final, con más corazón que cabeza, Diakhaby logró el 1-1 definitivo que no puede esconder la crisis deportiva de un Valencia que no se levanta. La igualada, además de impedir acortar distancias con un rival directo por los puestos europeos, deja a los de Marcelino y al propio técnico muy tocados. Ni reacción, ni mala suerte, este Valencia no se levanta porque empatando no se llega a ningún sitio.
Marcelino sentó a Kondogbia y salió de inicio con su once de gala con Coquelin y con los 'tocados' Guedes y Rodrigo. Era una final y se notó desde el primer minuto, tanto en la grada como en el campo. El respetable aplaudía y animaba a los suyos aunque fallaran, y lamentaba cuando Garay, de cabeza, forzó la estirada de Vaclik. Su rechace cayó a los pies de Mina que, en boca de gol no supo remachar el 1-0.
Poco después era Carlos Soler el que estrellaba el balón en la mani de Kjaer. Estrada se hizo el sueco y De Burgos Bengoetxea, en el VAR, tampoco quiso ver nada. Que el balón dio en el brazo del danés nadie lo duda, que no quisieron pitarlo, tampoco.
Y con la cantinela de que el Valencia jugó bien pero no marcó, se llegó al descanso. Pero este deporte, ahora, antes y siempre, va de anotar goles.
La dupla arbitral tampoco quiso ver una clara agresión sobre Guedes en el 26' y otra sobre Soler en 28. El VAR revisó, sin éxito, un leve agarrón sobre Garay en el 30'. Eran los mejores momentos de un Valencia que tenía encerrado a su rival y que, desde fuera del área, probaba fortuna. No fue hasta el 35 cuando el colegiado catalán se decidió a cortar el juego virulento. Franco Vázquez cazó a Wass en una de las innumerables subidas por la banda y fue amonestado. Mestalla vibraba por la intensidad que ponía su equipo; intensidad que, por otra parte, no encontraba la fortuna del gol.
Y con la cantinela de que el Valencia jugó bien pero no marcó, se llegó al descanso. Pero este deporte, ahora, antes y siempre, va de anotar goles. El tiempo de relax cambió sin embargo el panorama: el Valencia lo intentaba, gracias a un Carlos Soler muy activo, cuyo disparo fue bien detenido por el meta, mientras que el Sevilla, a las primeras de cambio, logró el 0-1. Ben Yedder dispara en semifallo y Sarabia acierta a meter el pie para desviar el balón. Gabriel anulaba el fuera de juego y Mestalla enmudeció.
El centrocampista, que tanto gusta a Marcelino, acababa de poner en un serio aprieto al técnico y a su equipo. El bloqueo nervioso de Guedes duró una hora, momento en el que fue sustituido por Cheryshev, casi al tiempo que Gabriel Paulista, lesionado, dejaba su sitio a Diakhaby.
Pablo Sarabia, el centrocampista que tanto gusta a Marcelino, acababa de poner en un serio aprieto al técnico y a su equipo con el 0-1.
Con el marcador a favor, el Valencia se descompuso y Banega, desde treinta metros, estrelló el balón en el palo. La afición pitaba, quería animar, pero estaba desesperada, casi tanto como Marcelino, que echó mano de Batshuayi. El fichaje que él pidió, tenía que salvarlo. El cambio por Mina fue abucheado. La afición no concibe que el entrenador no se la quiera jugar al ataque ni perdiendo.
El antifútbol del Sevilla,que se encerró para salir a la contra, y los nervios de la afición eran tan patentes que el ambiente se cortaba. Estrada Fernández, no viendo unas manos claras de Kjaer y, Sarabia, a la contra, perdonaba el 0-2 al estrellar el balón en el palo.
De las botas de Cheryshev nacieron los últimos centros que no encontraron el destinatario que sí sucedió en una falta lateral que botó Parejo y que sirvió para que Diakhaby empatara en el 91. Otro empate insatisfactorio que de poco o nada sirve al Valencia.
