Este Valencia es un esperpento
El Valencia CF perdió ante el Sporting de Gijón, equipo de Segunda División en la ida de octavos de final de la Copa del Rey. El Valencia de Marcelino fue un esperpento, una caricatura grotesca de lo que fue, sin acierto en los metros finales y que, además, se ha olvidado de defender. Cualquier comparativa con el bloque que asombró en España el año pasado con el que disputó el Sporting-Valencia es pura coincidencia.
El Sporting se adelantó gracias a un gol de Noblejas. El Valencia empató gracias al VAR al filo del descanso gracias a un tiro lejano de Parejo y, tras un nuevo error defensivo en un centro lateral, los asturianos vacunaron al equipo de Marcelino. La derrota deja muy tocado a un técnico que volvía a casa y que se jugará su futuro este sábado en Mestalla, su otro hogar... al menos de momento. La eliminatoria está abierta, pero no basta.
Canteranos y menos habituales
Marcelino, todo y estar cuestionado, fue fiel a sus ideas de priorizar LaLiga Santander sobre la Copa y ante el Sporting sacó un once plagado de canteranos (Kangin o Ferran Torres) y menos habituales como Jaume o Vezo o Gameiro.
En principio, la mayor calidad de los valencianistas era suficiente garantía para sacar un resultado positivo en la ida de la Copa del Rey. Así, a las primeras de cambio el Valencia pudo sentenciar el partido. Dani Parejo robaba el balón, dejaba sólo a Batshuayi ante el meta Dani Martín y el ariete belga, de forma incomprensible, se hizo un lío y falló un gol cantado, uno más.
El Sporting comenzó a presionar arriba para buscar los errores del Valencia, conocedor que el aspecto psicológico es el más débil de los de Marcelino. Sin embargo, eso les generó algún espacio atrás y propició las contras del Valencia que, en el 12, pudo de nuevo abrir el marcador. Gameiro dio un pase atrás para Kangin Lee que remató seco pero demasiado centrado.
Como toda la temporada, los metas rivales se convierten internacionales ante los empujes valencianistas
Poco después sería Gayà el que comprobara como se las gasta el meta Dani Martín. Tras una pared con pase atrás de nuevo de Gameiro, a bocajarro, el de Pedreguer la estrelló en el cancerbero. Como toda la temporada, los metas rivales se convierten internacionales ante los empujes valencianistas.
El Valencia iba a tumba abierta a por el partido pero con su falta de acierto y eficacia habituales y en una contra, el Sporting le pilló in fraganti. André Sousa se deshizo de Vezo en la banda con suma facilidad, puso un centro medido para que Noblejas, ante un incomprensible fallo de marca de Diakhaby, remachara a placer a Jaume. El Valencia había tenido tres y no las había metido, el Sporting con aparente comodidad había marcado el primero. 1-0.
El equipo quedó noqueado unos minutos hasta el descanso, cuando Dani Parejo marcó un golazo desde fuera del área. Su remate dio en el larguero y entró dentro, aún así Gameiro de cabeza remachó el rechace a gol. El árbitro lo anuló por fuera de juego inicialmente pero el VAR, lógicamente, lo dio por válido. El 1-1 fue el preludio del descanso. Es increíble lo que sufre el Valencia para marcar un gol.
Guantazo de Marcelino a Batshuayi
En el descanso Marcelino sentó a Batshuayi. Sin aparentes molestias, la primera parte del belga había sido tan decepcionante como su temporada. El Valencia debe quitárselo de encima cuanto antes.
El equipo, sin embargo, siguió a merced del Sporting. Por momentos era difícil diferenciar qué equipo era el de Primera y cuál el de Segunda. Dicho esto, al Valencia que todos conocíamos no le pesaba sentirse dominado y salir a la contra. Pero claro, ese era el equipo que dibujó Marcelino el año pasado.
Marcelino sacó a Piccini y Cheryshev para dar empaque a su equipo. Poco antes, en el 70 Gameiro tuvo una gran ocasión para marcar. Su primer remate lo salvó la zaga en la línea y su posterior chilena se marchó alto por poco. Fue un espejismo, el preludio de una gran jugada del Sporting, una vez más aprovechando la endeblez defensiva del Valencia, que acabó con un centro chut que Jaume sacó en la línea.
Cada falta lateral, cada córner era un sufrimiento para el Valencia que, como no remata los partidos, acaba siempre pidiendo la hora. En el 78, en una nueva acción de este tipo, Blackman agujereó la portería de Jaume. 2-1 y la Copa cuesta arriba. La cara de Marcelino era un poema, su equipo un esperpento sin pies ni cabeza que no sabe por dónde le viene al aire. El asturiano sentó a Gameiro, el mejor de su equipo, y acabó con un único punta a pesar de ir perdiendo.
Con más corazón que cabeza el Valencia trató de empatar a la desesperada. Rodrigo y Piccini fallaron un par de ocasiones muy claras de cabeza poniendo fin a una imagen de un equipo grotesco que no pudo superar a un Segunda.
David, un artículo muy interesante. De lo mejor que se puede leer en este conjunto de medios que cada vez escriben más por escribir. Ojalá hubieran más periodistas como tú