El Valencia CF volverá a disputar una final once años después. Se lo dejó todo preparado en la ida y este jueves 28 de febrero, que ya está grabado en la memoria colectiva del valencianismo, remató la faena y eliminó a Betis. El próximo 25 de mayo los de Marcelino estarán de nuevo en el Benito Villamarín y se enfrentarán al FC Barcelona para tratar de derrocar al vigente campeón de la competición. Se han ganado la oportunidad a pulso. No en vano, el Valencia-Betis no fue un paseo en barca. Sólo el 1-0 de Rodrigo cuando casi había disputado una hora trajo la tranquilidad a un estadio de Mestalla que vibró como en las grandes noches.
Once años esperando una final son muchísimos más de los que un club como el Valencia CF se puede permitir y eso se dejó notar desde el primer instante. En la grada, en el campo, en el banquillo. Todos al unísono apretaban los dientes. La responsabilidad de convertir el Valencia-Betis en el pasaporte a la final del Villamarín atenazaba los músculos.
Sin embargo, el espectacular tifo inicial y el rugido de la grada con el himno regional llevó en volandas a los suyos que en el primer minuto ya habían tenido la primera ocasión. Después de esa vino otra y otra. Y es que, con el Betis buscando un gol y los de Mestalla con espacios son letales. Guedes y Gayà hacían polvo su banda. El gol se mascaba.
La respuesta no se hizo esperar. Joaquín, desde la frontal, probó fortuna desde lejos. Jaume, seguro, la detuvo. El meta, confirmado por Marcelino en la previa, se luciría poco después ante un gran tiro de Jesé. El Betis se empeñaba en recordarle al Valencia que no se iba a dejar eliminar así, fácilmente. Guedes y Rodrigo lo intentaron poco antes del descanso pero sin acierto. A los vestuarios se fueron con la sensación de que el rival había sido mejor. Entre otras cosas porque la posesión fue claramente bética.
Tras el paso por vestuarios el panorama cambió. La afición animaba, pero el equipo no acababa de arrancar, de coger la velocidad que precisaba. Sin embargo, al grito de "a por ellos oé" el Valencia despertó y abrió la lata. Piccini subió por su banda, filtró el pase a Gameiro y este la puso en bandeja para que Rodrigo lograra el 1-0. Ahora sí, la locura se desataba en Mestalla. Sólo una hecatombe podía apartar al Valencia de su final cuando quedaba media hora de juego.
Al son de 'a por ellos, oe' el Valencia se envalentonó y trenzó una contra de esas que le gustan para lograr el 1-0 que abría las puertas de la final
El Betis se descompuso, el Valencia lo aprovechó y empezó a gustarse. Las gradas se emocionaban y Marcelino empezó a pensar en el 25 de mayo y ¿por qué no? en el domingo y el Athletic. Así, saltaron Cheryshev y Soler al campo y resguardó a Rodrigo y Wass, apercibidos de sanción y que podrán jugar la final. Diakhaby por Gameiro completarían los cambios y servirían para amarrar el resultado. Los tres se fueron ovacionados y coreados.
De hecho, Marcelino, que ya tiene ante sí su primera final, acabó con un cambio de sistema y Jaume Doménech con un gran paradón que reivindicaba a ambos. Mestalla cantaba que quería la Copa y, al menos, su equipo le ha dado la oportunidad de disputarla. Será el 25 de mayo en Sevilla contra el Barcelona, el vigente campeón, pero al que el Valencia ha demostrado que puede jugarle de tú a tú. "Illa, illa, illa nos vamos a Sevilla" lloraba de emoción Mestalla.
Bien, muy bien por el Valencia para celebrar el centenario
Bien, bien, por el Valencia para ir celebrando mejor su centenario.