El Valencia CF de las dos caras reapareció en Mestalla. Por momentos está de dulce, atraviesa un buen momento de la temporada y recuerda a aquel equipo que asombró a toda España en la primera campaña de Marcelino. Con Peter Lim en la grada, volvió a demostrar ante el Krasnodar que es un equipo que cuando está metido en faena es difícilmente batible y que ha recuperado su pegada. Sin embargo, cuando se relaja, se convierte en un equipo vulgar. Así, aunque parecía que el Valencia-Krasnodar quedaría pronto resuelto con dos goles de Rodrigo antes de la primera media hora de juego, un exceso de confianza permitió al FC Krasnodar acortar distancias en la segunda parte y dejar la eliminatoria demasiado abierta.
De inicio Marcelino sorprendió dando descanso a Gayà. Por lo demás, con su once de gala y sus dos puntas de moda en el 2019 salió a por el partido con todo y, a las primeras de cambio detectó las debilidades de su rival, al que no le quedó más remedio que encerrarse y recibir las acometidas valencianistas. Soler, centenario, lo intentaba con más cabeza y tino que un desesperado Guedes. El portugués, falto de confianza, se enmaraña en regates imposibles y malas decisiones que no acaban con el objetivo deseado.
Cuando el Krasnodar quiso abrirse, el Valencia CF le cogió a la contra y le vacunó. Rodrigo cabalgó 30 metros, dribló en la frontal y batió con un chut a media altura a Safonov. El internacional español corrió a abrazar a Marcelino. 1-0 y partido encarrilado antes del primer cuarto de hora.
Las contras y los ataques se sucedieron y en el 23 cayó el 2-0, de nuevo obra de Rodrigo. La jugada llegó esta vez por la izquierda. Dani Parejo abrió al costado y Lato hizo el pase de la muerte para que el internacional español lograra el 2-0. A puerta vacía Gameiro perdonaría el tercero antes la media hora de juego. Esta vez era Guedes el conductor y Rodrigo el asistente. Sólo un vuelo sin motor del meta ruso impidió el tanto que ya cantaba Mestalla.
Con el partido controlado el Valencia se relajó y los rusos aprovecharon para acabar la primera mitad y empezar la segunda generando algunas jugadas de peligro. Mestalla se impacientó y un toque de atención en forma de pequeña pitada no sirvió para que los de Marcelino volvieran a ponerse el mono de faena y así llegó el gol del Krasnodar en el 62.
Claesson, su estrella, se fue por velocidad de Piccini -que se de durmió- y ante la salida de Neto hizo el 1-2. El gol llegó justo después de que Marcelino sentara a Rodrigo (ovacionado) y sacara a Mina y poco antes de que Guedes se marchara para dejar su sitio a Cheryshev. Había que ampliar la renta y el luso no termina de estar bien. Sobrino por Gameiro en el 78 completaría los cambios.
Sólo el tanto ruso espoleó al equipo y el Valencia volvió a encerrar a su rival. Mestalla quería un tercer tanto que devolviera la tranquilidad a la eliminatoria, peor este no llegó. Al final tuvo que conformarse a regañadientes con un 2-1, que es un resultado muy engañoso y obliga a jugar con los cinco sentidos puestos dentro de una semana en la fría Rusia si el equipo quiere estar en el sorteo de cuartos del día 15.