El Valencia CF perdió por 3-1 en el partido de ida de semifinales de la Europa League y se complica el camino hacia la final de Bakú. Fue un Arsenal-Valencia marcado por la revolución táctica de Marcelino que apostó por un 5-3-2 que nunca usa y que acabó pagando. A cojón visto, macho. Está claro. Pero lo de más vale malo conocido que bueno por conocer bien se le puede aplicar a un Valencia que se adelantó gracias a un gol de Diakhaby pero que vio como la dupla ofensiva Lacazzette y Aubameyang terminó por hundirlos. Ahora toca apelar a la épica en Mestalla.
De inicio Marcelino revolucionó el once. Tanto, que se pasó Ante las ausencias de Coquelin y Kondogbia apostó por darle físico y empaque a su equipo introduciendo hasta cinco centrales en su once. Más de la mitad de los futbolistas eran defensas. El mensaje estaba claro: ante la efectividad londinense apostaba por la contundencia. Y, de paso, trataba de despistar a Unai Émery. Lo consiguió.
De hecho, aunque anunció un 1-4-4-2 formó al final con 1-5-3-2. Diakhaby hizo las veces de mediocentro defensivo para cubrir las espaldas a Soler y Parejo, que lanzaban a Guedes y Rodrigo a la primera que podían.
Con todo, las dos primeras grandes ocasiones llegaron a balón parado. En ambas, Dani Parejo sacó. En la primera. Rodrigo llegó para centrar y Garay en boca de gol la mandó a las nubes; en la segunda, fue un córner, se repitió la conexión pero la asistencia de cabeza de Rodrigo llegó a Diakhaby que no perdonó. 0-1.
El Arsenal era un flan en defensa y el Valencia CF se gustaba. Tanto es así que en el 14 Dani Parejo estuvo a punto de hacer el segundo. Cech paró su trallazo con apuros. En el rechace, Guedes se adelantó al defensa y casi remata la faena. Fue un espejismo.
Émery ponía mala cara, pero la velocidad del partido favorecía a los gunners que, con tres pases, se inventaron una contra para empatar el duelo en el 18. Lacazzette y Aubameyang se lo cocinaron, se lo guisaron y se lo comieron. El 1-1 no enfrió el encuentro y, siete minutos después, Lacazette hacía el segundo. Un centro desde la banda permitió al galo cogerle la espalda a Roncaglia con maestría y lograr de cabeza el segundo. Neto la tocó dos veces, pero el 2-1 subió al marcador.
El Arsenal demostró su pegada en dos jugadas relampagueantes que dejaron al Valencia noqueado. De hecho, empezaron a aparecer las dudas y los desajustes defensivos. A pesar de tener tres centrales, los ingleses llegaban y remataban solos casi cualquier centro. Por fortuna la sangría no se amplió y el equipo llegó al descanso dispuesto a recomponerse.
El Valencia saltó algo más agazapado en la segunda entrega, pero sin renunciar a nada. De esta forma logró parar las contras del rival y minimizar los espacios que tanto aprovechó el Arsenal en la primera mitad.
Los de Émery llevaban el peso del juego, encerraron al Valencia pero no creaban ocasiones. La primera llegó mediada la segunda parte, pero Lacazzette esta vez se encontró con un Neto providencial que evitó el hat-trick del francés. Marcelino se convenció e hizo un doble cambio sacando a Wass y Gameiro. Se marcharon Soler y Guedes. No modificó el esquema, pero refrescó sus líneas.
Danés y galo protagonizaron la mejor ocasión de un Valencia romo, precavido y prudente en esta segunda parte. El resultado no era malo y se podía remontar en Mestalla. El cansancio, además, dejaba ya poco margen de maniobra para ambos conjuntos. Sin embargo, si alguien merecía marcar era el Arsenal y en el 90, en un nuevo desajuste defensivo, Auybameyang aprovechaba un buen centro desde la derecha para marcar sin la oposición de Gayà. El Valencia está obligado a apelar a la épica en la vuelta.