Mestalla se desconectó y Sobrino lo encendió
Mestalla vivió una de sus tardes más grises hasta que Rubén Sobrino lo cambió todo. La afición se mostró desconectada de su equipo durante el Valencia-Sevilla FC (1-1) y estuvo menos ruidosa de lo habitual. Pero todo cambió con el gol de Sobrino. A partir de ahí, Mestalla aumentó los decibelios y buscó la remontada.
Después de todos los acontecimientos que se han producido durante las últimas semanas y el desafortunado gesto de Anil Murthy en el último partido en Mestalla, se preveía un ambiente caliente durante el Valencia-Sevilla. Sin embargo, el estadio estuvo frío. Algo muy negativo, porque es síntoma de que la afición empieza desconectarse de su equipo cuando sólo se han disputado once jornadas de LaLiga Santander.
Se escucharon los habituales cánticos contra Anil Murthy y Peter Lim, pero sin la virulencia de los últimos partidos. Evidentemente, la grada también apoyó al Valencia CF, pero la intensidad fue reduciendo conforme pasaban los minutos y desde el césped tampoco llegaban alicientes.
Los momentos de más decibelios se vivieron para protestar contra las decisiones de Del Cerro Grande, quien no paró de mostrar cartulinas amarillas a los jugadores valencianistas.
En la segunda mitad, el silencio se fue apoderando de Mestalla. Los aficionados observaban entre murmullos la escasa producción ofensiva de su equipo y la nula claridad de ideas. La grada comenzaba a impacientarse y se escucharon algunos tímidos pitos, aunque sin llegar a cargar contra los jugadores en ningún momento.
Explosión final
La derrota parecía inevitable, pero faltando diez minutos para el final apareció Rubén Sobrino. El delantero cabeceó un centro de Parejo para firmar el 1-1 y Mestalla se activó. Se convirtió en el estadio de las grandes ocasiones, apoyando a su equipo y generando un ambiente espectacular.
Mestalla creyó en la remontada y lo creyó con fuerza, pero finalmente esta no se produjo. El 1-1 dejó algo frío el ambiente y la afición empezó a abandonar el estadio sin muestras de enfado, pero tampoco de afecto.