La Copa que no se celebró cumple su primer aniversario sin maldición
Este jueves se celebra el primer aniversario desde que la Copa del Rey 2008, la que no se celebró, perdió la maldición que pesaba sobre ella. El Valencia CF cumple hoy doce años del título de Copa del Rey logrado el 16 de abril de 2008 ante el Getafe y que su plantilla decidió no celebrar al atravesar tanto el club como el equipo una situación de crisis profunda. Pese a todo, aquella noche está grabada en los anales de la historia del Valencia. Aquel día se disputó la final de la Copa del Rey que enfrentó a Valencia CF y Getafe en el estadio Vicente Calderón y que terminó venciendo el conjunto de Mestalla por 3-1. Era, hasta 2019, el último título que figura en las vitrinas del club y hoy cumple doce años. En el viejo recinto rojiblanco formaron Hildebrand; Miguel, Alexis, Albiol, Moretti; Baraja, Marchena, Silva; Arizmendi, Villa y Mata, por parte del Valencia y Ustari; Cortés, Cata Díaz, Tena, Licht; De la Red, Casquero, Contra, Granero; Albín y Manu del Moral, por parte del Getafe. El Valencia CF venció a los azulones por tres goles a uno con los tantos de Alexis Ruano, Juan Mata y Fernando Morientes. Granero fue el autor del único tanto rival en una noche en la que los valencianistas fueron muy superiores a su rival y eso que llegaban deportivamente tocados.
La autogestión del vestuario y las explicaciones de Baraja
La sombra de la autogestión del vestuario siempre rondó aquella final. Siempre se especuló que fueron los futbolistas los que haciendo caso omiso a Koeman formaron el dibujo en el campo y planearon aquel título. Tiempo después, poco importa más que el hecho que el Valencia ganaba su séptima Copa del Rey. No en vano, el entrenador caería pocos días más tarde de ganar la Copa cuya consecución nunca llegó a celebrarse en Valencia. Era maldita.
Baraja explica en el canal oficial del club cómo vivió aquella Copa.
Angulo, Albelda y Cañizares apartados también en la Copa del Rey
Y es que, el equipo y el club llegaba muy tocado a la cita. No obstante eran tiempos difíciles tanto institucional como deportivamente con el equipo al borde del descenso en la Liga y con tres estandartes del vestuario como Angulo, Albelda y Cañizares, apartados por decisión técnica y polémica del entrenador, y permitido por el máximo accionista, Juan Soler, que había dimitido poco antes de la final y puesto en el cargo de presidente a su amigo Agustín Morera.
El título no calmó las cosas en la capital del Turia y Koeman fue destituido a los pocos días de ganar la Copa del Rey. El fin de semana próximo a la final de copa, el Valencia viajó a San Mamés, donde perdió por cinco a uno y ahí llegó la destitución del holandés, que estaba enfrentado con el vestuario. Le sustituiría Voro quien, además de dotar de cierta normalidad al vestuario recuperando a los apartados, trajo de nuevo los buenos resultados y el equipo consiguió evitar el descenso de categoría.
Socialmente Juan Soler como hombre fuerte del club duraría poco y la sucesión de presidentes terminaría desembocando en una venta a Peter Lim ante el riesgo de quiebra por las deudas de la entidad. Una década después, se respira un ambiente social y deportivo muy distinto en el club valencianista.
La maldición de Koeman
El técnico holandés, no contento con haber llevado al equipo a puestos casi de descenso y haber apartado tres jugadores emblema del club, lanzó una maldición tiempo después de haber sido despedido. Así, en 2011 Ronald Koeman, aseguró que el título de Copa del Rey que ganó en 2008 sería el único que ganaría en cinco años. Fue en la previa de un Barcelona-Real Madrid y, por desgracia han pasado no cinco, sino once desde que el Valencia ganara el último título.
Once años después, el club lograba en el Benito Villamarín de Sevilla en 2019 su primer titulo dando al traste la dichosa maldición. Es por eso que hoy se cumple el primer aniversario de una Copa maldita que no llegó ni a celebrarse.