La original propuesta de un cura valenciano para combatir el eco y el silencio en su iglesia durante el confinamiento por coronavirus. Celebrar misa con la iglesia vacía de gente causa "un eco tremendo, también en el corazón", y por ello el párroco de un pequeño pueblo de Valencia pidió a sus feligreses que le mandaran sus fotografías. Ahora más de 250 imágenes le acompañan desde los bancos y le dan "calor humano". "Es una manera de no sentirte solo" ahora que las celebraciones son a puerta cerrada, explica a EFE Raúl García Adán, quien lleva casi cuatro años de sacerdote en Villar del Arzobispo, un pueblo de 3.500 habitantes del interior de Valencia del que reivindica que es pequeño en población pero con "mucha vida" en la parroquia.
Cuando a mediados de marzo comenzó el confinamiento por el coronavirus vio en redes sociales que un sacerdote italiano se acompañaba en la eucaristía de las fotos de sus feligreses y decidió imitarlo, porque la iglesia "es muy grande" y en las celebraciones a puerta cerrada sentía "un vacío", también en el corazón.
Ahora tiene la iglesia "casi llena" con las fotos que le han enviado por Whatsapp, tanto de selfis como de escenas en familia, y que ha imprimido en el despacho parroquial a color. "En blanco y negro no queda igual", asegura.
Y con una particularidad: a quienes se sientan siempre en el mismo banco les ha respetado el sitio, además de que en el altar mayor están los monaguillos, en la zona del coro están sus integrantes y los niños de catequesis ocupan su sitio habitual.
El párroco, de 38 años, explica que la iniciativa ha sido también "un aliciente" para el vecindario, que puede seguir a diario tanto por internet como por las dos televisiones locales la misa, el ángelus, una oración vespertina y el rosario del convento de las Carmelitas descalzas, además de una catequesis semanal.
Destaca que todo esto ha sido posible gracias a la ayuda de un matrimonio italiano que son programadores informáticos y están "muy implicados", y a que desde hace tres años retransmiten por internet la misa dominical, de manera que lo que se ha hecho ahora ha sido "ampliar y mejorar" el servicio que se ofrecía.
García Adán destaca que no solo transmiten la misa desde el altar mayor de la iglesia, sino que por ejemplo el día de San Vicente lo hicieron desde la ermita, o en Semana Santa conectaron también con la Capilla de la comunión.
El párroco se ha encontrado con sorpresas, como personas que le dicen que le ven "todos los días" y que no acudían de manera habitual a las misas. "Pero a la gente le gusta ver a su cura, a la iglesia del pueblo: es un cambio en la rutina", explica.
"No sé si es por eso o es por un florecimiento de la fe y que la gente está rezando un poquito más" estos días, señala García Adán, quien añade que, en todo caso, a él le "ayuda todo esto", pues sentir la "cercanía" y las "miradas que acompañan" le da "mucha alegría".
La gente agradece "ese rato de estar con ellos, de que te dirijas a ellos", afirma el sacerdote, quien inicia las eucaristías enviando "un abrazo cercano" y procura mandar "mensajes de esperanza" a quienes están al otro lado de las pantallas o de la televisión.
"Siempre les digo que lo malo ya lo tenemos y que hay que ver cómo podemos afrontar estos momentos desde la esperanza y la ilusión incluso", indica el sacerdote.
Pese a que esto de "las fotos está muy bien", confiesa que ya tiene "ganas de que vuelvan" físicamente los feligreses. "Para mí también se está haciendo largo", admite el párroco, pues aunque vive la crisis del coronavirus "de otra manera", está la incertidumbre de "a ver cuándo pasa esto".
"Pero mi mensaje siempre es positivo, ya les estoy diciendo que estamos viendo luz: este domingo salen los niños a la calle, y a ver si en mayo vamos saliendo todos", indica García Adán.
Sin embargo, admite que "la realidad normal de la iglesia tardará" y hay que ser "realista", pues lo de volver a concentrar a un centenar de personas en un templo de forma segura no será "de un día para otro".
Hasta entonces, el vecindario de Villar del Arzobispo puede volver a visionar el vídeo que el cura grabó con su móvil pasando por todos los bancos de la iglesia con el "Resistiré" de música de fondo para que se vea que "están allí" haciéndole compañía.