Cuando fuimos los mejores, la Liga del doblete está de aniversario ¿La recuerdas?
Otra vez en el sur, tierra santa para los aficionados blanquinegros. El Valencia CF se proclamaba campeón de LaLiga un 9 de mayo de 2004. Andalucía volvió a ser el terreno en el que los ches confirmaron su triunfo. Si dos temporadas antes, Ayala pedía calma, en esta ocasión Vicente se besaba el escudo. El Sevilla FC, que se jugaba entrar en UEFA apretó, pero nada pudo hacer ante un equipo muy rocoso. Los de Benítez festejaron en el terreno de juego, esta vez sin invasión de campo (salvo una honrosa excepción) y el Sánchez-Pizjuán aplaudió la gesta. El Valencia CF había vencido al FC Barcelona y al Real Madrid de los galácticos otra vez.
Un murciélago conquista Sevilla, otra vez
La Liga del Valencia CF tuvo dos nombres propios. Si la primera de Benítez estuvo comandada por Baraja y Aimar. Esta, aunque como en aquel año destacó el conjunto, los dos futbolistas más relevantes fueron Mista y Vicente. El primero anotó 19 goles en toda la temporada y el segundo convirtió 12 jugando por la izquierda. El Puñal de Benicalap fue el encargado de encarrilar el triunfo en Sevilla. Recibió un pase de tacón de Xisco y echó a correr por la banda sin que ningún defensor rival pudiera abatirlo. Encaró a puerta y marcó. Vicente siguió corriendo, esta vez para celebrar el tanto con un gesto de valencianismo: besarse el escudo.
El Valencia CF no visitaba una plaza fácil y la victoria no fue tan sencilla como el resultado podría indicar. El Sánchez-Pizjuán todavía no había vivido las grandes noches continentales, pero poco tenía que ver con el club que peleaba por mantenerse en Primera. Unos jóvenes Sergio Ramos, Dani Alves o Baptista se complementaban con Pablo Alfaro y Javi Navarro, que hacían temblar las espinilleras contrarias. El Sevilla FC se jugaba entrar en competición europea y apretó a unos blanquinegros que notaron el apoyo de la afición desplazada. Se sufrió pero los de Benítez aprovecharon la primera bola de partido. Baraja sentenció y el Valencia CF se hizo con su sexto título de Liga.
Una Liga sin sofá pero con lámparas
La mejor temporada de la historia del Valencia CF no tuvo el verano más tranquilo. El club venía de una temporada marcada por las lesiones, sin un buen resultado en competición nacional y con un entrenador enfrentado con la directiva. La entidad, marcada por la nefasta situación económica, planteaba unos fichajes que poco o nada tenían que ver con lo que pedía Benítez. Se marcha el Kily, Eto'o no llega y las contrataciones son Ricardo Oliveira, Jorge López y Cannobio. Benítez muestra su descontento: "Esperaba un sofá y me han traído una lámpara".
La afición de Mestalla se ha acostumbrado a ganar y quiere seguir haciéndolo. La política de fichajes se plantea como una batalla entre bandos: a un lado el técnico, al otro la directiva. Entonces, en las presentaciones, presidente y jugadores tenían la valentía de hablar, Jaume Ortí sale a escena vive una de sus peores noches. La grada la toma con él y recibe la mayor pitada de su vida, después de varios intentos se marcha sin poder decir una palabra.
El Valencia CF mantiene, con ventas de estrellas y nuevas llegadas, el bloque ganador desde la Copa del Rey de Ranieri y, aunque solo llegan lámparas, los de Benítez son una apisonadora. Encajan muy poco, Cañizares logra el trofeo Zamora, y por primera vez desde que se fue el Piojo, solucionan su problema de cara a puerta. Mista consigue los mejores registros anotadores de su carrera y la segunda línea funciona a la perfección. El técnico madrileño es capaz de mantenerlos a todos enchufados con unas rotaciones muy numerosas y, como ya pasó en el anterior título, los de la capital del Turia llegan al último tercio de la competición en mejor forma que sus rivales. En el Sánchez-Pizjuán dieron la puntilla, el Valencia CF ya era campeón de Liga.