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El Valencia CF  perdió ante el CD Leganés en uno de los peores partidos que se le recuerdan y que es un buen epitafio de una temporada desastrosa. En la jornada 36 de LaLiga Santander el proyecto sigue demostrando que no da para más. Culpable Peter Lim por cargarse el proyecto en septiembre; pero culpables también los jugadores que llegan al final de temporada en un estado físico y mental lamentable. Cayeron contra el penúltimo y con uno más durante más de media hora de partido. Imperdonable.  

De inicio Voro sorprendió sacando a Coquelin en la banda derecha en detrimento de hombres como Carlos Soler o Ferran Torres. El técnico de L'Alcudia sigue obsesionado con cerrarse y no encajar. El sistema era un 1-4-4-2 claro en defensa pero, a la hora de atacar, Jaume y Wass ejercían casi de carrileros y Coquelin y Guedes entraban más por el medio.

El portugués, sorprendiendo a propios y extraños en el 7, se sacó un latigazo que se estrelló en el larguero ante un impasible Iván Cuéllar.

El partido transcurría plácido hasta que el colegiado señaló un penalti 'tonto' (otro más) por mano involuntaria de Kondogbia y Rubén Pérez adelantó a los madrileños. (0-1) Le tocaba reaccionar al Valencia si quería ir a Europa; pero el tanto había hundido al equipo. El Leganés, prácticamente desahuciado, si hace algo bien es defender y así aguantó bien las escasas acometidas valecianistas.

La mejor llegó tras un remate de cabeza de Diakhaby que ni Coquelin ni Gameiro acertaron a embocar. Era un espejismo, el equipo, una vez más, no estaba, no apretaba, no acertaba, no daba sensación ni de querer y, lo que es peor, ni de poder. Ni Champions, ni Europa, ni identidad, ni reacción, ni nada.

Los pases eran intrascendentes, los centros no iban a ningún lado. El Valencia CF firmó una de las peores primeras partes de toda la campaña y eso que delante tenía al penúltimo.

Ferran Torres al rescate, Parejo es una sombra de lo que fue

Voro no se esperó y sacó a Ferran Torres por Kondogbia tras el descanso en busca de recuperar el tiempo perdido. Y a la primera que tuvo, el de Foios aprovechó un buen pase de Diakhaby y marcó, pero saliendo en posición de fuera de juego, por lo que fue anulado. En su segunda acción, forzó la expulsión de Jonathan Silva.

A raíz de ahí el Valencia se estiró y empezó a acumular ocasiones. Jaume Costa, a bocajarro, pudo marcar en el 55, fue el preludio de la acción del penalti que falló Dani Parejo. La mano fue clara, pero Melero López tuvo que consultarlo en el VAR. El portero acertó y no sólo se lo detuvo, sino que la agarró. Parejo no está mal, está peor que mal. Le falta energía y confianza y se nota.

Voro dio un nuevo giro de tuerca y sacó dos laterales ofensivos como Florenzi y Cheryshev por Wass y Jaume Costa. El Valencia acumulaba hombres arriba en pos del milagro, pero no mejoraba el panorama, por eso el técnico agotó los cambios con Kang In Lee en el 72. El surcoreano saltó por Gabriel Paulista. Voro iba con el todo por el todo.

El equipo, ante el penúltimo y con uno más tampoco proponía en exceso ni transmitía la sensación de poder darle la vuelta al electrónico. Salió Sobrino en el 85 por Gameiro y el colegiado alargó siete minutos.

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