Después de la semana convulsa en la que Geoffrey Kondogbia ha sido el protagonista por ese enfrentamiento con el presidente Anil Murthy y las molestias en su talón, en el estadio de La Cerámica, Javi Gracia apostó por la dupla Wass-Soler para la medular valencianista.
El técnico buscaba juntar a los dos jugadores buscando tener mayor control de balón ante un centro del campo rival con mucho potencial con Parejo, Tirgueros e Iborra. Sin embargo, el guión inicial pronto se fue al traste debido al gol tempranero del Villarreal, obra de Paco Alcácer desde el punto de penalti.
La realidad es el centro del campo formado por Wass y Soler no se encontró demasiado cómodo ni con balón ni sin balón. La dificultad para encontrar las líneas de pase eran notables, obligando a Guedes a retrasar su posición en exceso para entrar en contacto con el balón. Afortunadamente, una vez comenzó esta dinámica, al luso se le vio algo más activo y así llegó el empate, gracias a un gran disparo suyo, tras un saque de esquina, que precisamente sacó Carlos Soler.
El equipo acusó en exceso el despliegue físico de Geoffrey Kondogbia, sobre todo en fase defensiva.
Era un partido para mantener la posición y trabajar en defensa. Así se mostraron tanto Soler como Wass, jugando en paralelo y buscando las transiciones rápidas tras la recuperación.
Durante los primeros minutos de la segunda mitad, el doble pivote valencianista mejoró considerablemente aprovechando la bajada de intensidad por parte de la medular grogueta pero no fue más que un espejismo. Dani Parejo se adelantó a todos y firmó el segundo tanto de la tarde para los locales con un gran gol desde la frontal del área que nadie encimó y ante el que el doble pivote se mantuvo impávido.