He tenido serias dudas si escribir sobre el supuesto racismo que el panfleto oficial escrito en Singapur denuncia por parte de algunos aficionados contra Peter Lim. He dudado porque no quería darle más publicidad a la dichosa publicación pagada con el dinero de todos los accionistas y socios del Valencia CF y más tras una afirmación tan gratuita a todas luces. Confundir racismo con hastío, malestar o libertad de expresión es grave, pero acusar de racistas a algunos aficionados sin hacer distinciones me parece cruzar demasiadas líneas rojas. En todo el mundo es una acusación fortísima, pero en el ámbito anglosajón aún tiene unos tintes más dañinos si cabe. No seré yo quien justifique la actividad delictiva de nadie, ni el acoso, ni similares actitudes por parte de personas individuales. Ante eso, siempre está la denuncia a la policía y a las autoridades, pero con nombres y apellidos. Señalando. En este caso, si generalizas o no concretas estás metiendo a todos los seguidores en un bombo dañino, falso e injusto. Yo, por ejemplo, no soy racista.
En su campaña de internacionalización del conflicto valencianista (publicaciones en el mencionado fanzine y entrevistas al presidente Anil Murthy sólo en medios extranjeros) Meriton está deformando la realidad. Al margen de teñir de racismo el anhelo del adiós de Peter Lim que esconde el "Lim Go Home", señalar a los últimos movimientos sociales como De Torino a Mestalla como "un pequeño grupo de aficionados..." es no ser consciente de la realidad. Lo cierto es que De Torino a Mestalla son pocos pero representan el sentir de una amplia mayoría de la afición y de las bases valencianistas. Sirva como ejemplo las 36.000 acciones que tiene ya Libertad VCF.
Insinuar que somos racistas es no ser justos con la verdad y demuestra que, seis años después, no han aprendido prácticamente nada de lo que ha sido, es y será el Valencia CF y su afición.
El hecho es que las acciones de Lim, su gestión y su forma de no explicar nada, han dejado a Meriton sólo, aislado y condenado a tener enfrente cada vez una oposición mayor y más virulenta. Echar a las peñas, mandar callar a Mestalla, no fichar... La lista es innumerable.
Y, aunque el fanzine que paga y revisa el club acusa de racistas a algunos aficionados contra Peter Lim metiéndose en un.terreno pantanoso, lo único que consiguen con esto es que nos distanciemos aún más. Como decía el cartel colocado el otro día en las oficinas, Singapur está lejos (11.116 kilómetros) y cada vez parece estarlo más. La distancia entre Peter Lim y su corte y los valencianistas, los que estamos aquí, cada vez es mayor. Afirmaciones de este tipo agrandan las diferencias, la separación. Insinuar que somos racistas es no ser justos con la verdad y demuestra que, seis años después, no han aprendido prácticamente nada de lo que ha sido, es y será el Valencia CF y su afición. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia