Racic, el escudo del Valencia CF para reencontrarse con el triunfo
Después de su buen partido contra el Yeclano, a Uros Racic le tocaba demostrar su valía en LaLiga. Sus problema de vértigos lo habían alejado de la titularidad y el equipo lo había notado. El serbio es el único pivote defensivo de la plantilla y, pese a que en verano no se esperaba que fuera de los jugadores más importantes, se ha convertido en una pieza clave, para Gracia. Tampoco se esperaba que la visita a Pucela fuera una final para los blanquinegros y, pese a ello, los valencianistas tuvieron que ir a Valladolid a pelear por alejarse de los puestos de descenso. Racic cumplió como centrocampista defensivo y se vieron algunos de los mejores minutos de la temporada. Dio estabilidad en el campo, juntó líneas y se colocó entre centrales con el objetivo de sacar el balón jugado.
Uros Racic volvió a la titularidad en LaLiga tras superar sus problemas de vértigos y lo hizo a buen nivel. Con los tres puntos en el bolsillo, el centrocampista serbio demostró que sus características lo convierten en un futbolista vital en los planes del Valencia CF.
Racic puede con todos
En la libreta, el Valladolid partió con un mediocampista más. Roque Mesa y Fede San Emeterio cubrían las espaldas de Kike, pero Racic fue suficiente, para controlarlos. Con un 4-4-2 claro, el serbio se colocaba sin balón unos metros por detrás de Carlos Soler. Gracias a ello, las líneas del Valencia CF estaban más juntas que en otras ocasiones y los de Gracia pudieron controlar el partido. Cuando los de Sergio González intentaban abrir el juego por bandas, también era Uros el encargado de salir a la presión. Daba igual si era Roque Mesa, Fede o si Kike Pérez retrocedía unos metros; por ahí aparecía el centrocampista del Valencia CF, para recuperar el balón.
Pese a ser un jugador superior físicamente al resto, Uros Racic nunca ha sido el clásico medio defensivo que únicamente es capaz de destruir juego. Sin embargo, contra el Valladolid limitó mucho las opciones rivales de generar peligro. Gracia identificó un agujero en la banda derecha y Racic acudió con una mayor intensidad a las ayudas. Las labores defensivas se le acumulaban al serbio, que tampoco dejó que Kike Pérez se girara y genera peligro en la portería de Jaume.
Un Valencia CF sin salida de balón
El compañero en la medular de Uros Racic fue Carlos Soler y, aunque es de los futbolistas en mejor forma de la plantilla, todavía no es capaz de llevar el peso organizativo del equipo. La situación empeoraba para el Valencia CF cuando tenía que sacar el balón jugado desde su portería. Se intentó en largo, también con Guillamón y con los laterales subiendo el esférico, pero en todas las situaciones, el Valladolid acababa disfrutando de situaciones de peligro.
El Valencia CF necesitaba soluciones para superar la primera presión del Valladolid y Racic demostró que tiene habilidad para hacerlo. Sobre todo en los primeros 45 minutos, se colocó entre Diakhaby y Guillamón e intentó darle aire a los de Javi Gracia. Su principal debe fueron los contragolpes, donde una vez perdida la posición, se veía superado por los pucelanos.
Bajón general en el segundo tiempo
Los ajustes del Valladolid surtieron efecto en el segundo tiempo y el Valencia CF comenzó a sufrir. El cansancio y la falta de ideas provocó que las líneas del equipo se separaran y los pucelanos encontraron espacios. Los ches perdieron el control y empezaron los errores. Racic perdió algún balón y provocó una falta que podría haberle costado cara a los de Gracia. Aun así, y pese al bajón general, fue de lo más destacado en el segundo tiempo. Después del gol de Soler, tocó sufrir y Uros siguió corriendo para conseguir la victoria final.