Los problemas de liquidez asfixian al Valencia CF desde tiempos inmemoriales pero la pandemia por el COVID-19 terminó por reventar la economía de un club endeudado que arroja pérdidas cada ejercicio. En ese escenario, la entidad ya tuvo que recurrir a Gedesco para hacer frente a las nóminas de la temporada pasada en verano y abonarlas con pagarés, y ahora, en el pago correspondiente a la primera parte del sueldo de esta temporada, y que vence en enero, ha sido pagado en febrero.
En ese sentido, tal y como desvelaba el programa 90 minuts de Plaza Radio y ha podido confirmar ElDesmarque Valencia con el entorno de algunos futbolistas, el club tiene apalabrado la plantilla que los dos pagos correspondientes a esta campaña se paguen en febrero y en agosto respectivamente. Fuentes conocedoras de la situación financiera de la entidad aseguran, además, que ya está efectuado el primero de los dos pagos y garantizan que sí tendrá la liquidez suficiente para hacer frente al pago de agosto. Se descarta por tanto recurrir a medidas más drásticas como pedir que Gedesco avale los pagarés, tal y como sucedió en septiembre. En el entorno de la plantilla no le dan más importancia al asunto. "Mientras vayan pagando, no hay problema", explicaba el entorno de un futbolista a este medio.
Había especial interés en conocer el estado financiero de la entidad y cómo podía afectar a los pagos porque hay que recordar que en agosto pasado el Valencia ofreció a los jugadores pagarés. En aquella ocasión Inma Ibáñez, la directora financiera del club, se reunió con la plantilla para ofrecerles pagarés con fecha de septiembre de 2021 que podían cobrarlos desde septiembre de 2020. Además, Ibáñez les propuso que fueran los propios jugadores los que avalen esos pagarés puesto que ni el club ni el máximo accionista Peter Lim, se encontraban en disposición de hacerlo. Obviamente, los futbolistas se negaron. Finalmente tuvieron que recurrir a una financiera, Gedesco, para que se solucionara. El club añadía una nueva garantía de cobro para que, en ningún caso, los bancos pudieran reclamarle a los jugadores ninguna cuantía. El coste económico para el Valencia era mayor, pero así se garantizaba la tranquilidad de la plantilla.
Aquel lance veraniego venía después de que los jugadores, por culpa del parón de LaLiga Santander provocado por el COVID, acordaran en abril de 2020 bajarse el sueldo, mientras se realizaba un ERTE para los empleados no deportivos de la entidad.