Representantes de diferentes actividades deportivas han explicado las impresiones y recuerdos que les deja un año marcado primero por el confinamiento total y posteriormente por el paso de la normalidad en sus actividades a su desarrollado al ritmo que ha permitido la enfermedad.

El actual entrenador del CD Castellón Juan Carlos Garrido, explicó que la pandemia le supuso pasar “del sueño a la pesadilla” y recordó que hace un año estaba en Casablanca (Marruecos) como entrenador del Wydad y clasificado para jugar las semifinales de la Champions Africana. “Mi familia estaba en Valencia, pero los veía con cierta asiduidad. De repente, todo cambió. Pasé casi seis meses solo, sin ver a los míos y sin poder trabajar con el equipo. Fue una experiencia que nunca olvidaré.”, añadió.

Tras unos primeros meses de aislamiento, cuando se recuperó una cierta normalidad, les concentraron en un hotel del que no podían salir, ni ver a la familia. “Trabajábamos en malas condiciones y pese a los positivos en el equipo, nos obligaban a jugar. Al final, la posibilidad de sumar un gran triunfo y de compartirlo con los míos se quedó en nada”, concluyó.

Leticia Romero sobre su experiencia con el coronavirus “Tuve que hacer una recuperación a distancia, sin entrar en contacto directo con el fisioterapeuta o el gimnasio”

La jugadora del Valencia Basket Leticia Romero estaba inmersa en la recuperación de una grave lesión de la rodilla derecha cuando estalló la pandemia, lo que le forzó a cambiar por completo el modo de rehabilitarse y le obligó a tratar de superarse en todo momento. “Tuve que hacer una recuperación a distancia, sin entrar en contacto directo con el fisioterapeuta o el gimnasio”, recordó la internacional española.

La jugadora canaria admitió que la situación llegó a sobrepasarle por momentos. “Me estanqué, más mental que físicamente”, apuntó Leticia, a quien lo que más le hace reflexionar ahora es la incertidumbre existente.

Leticia Romero

Hace un año, el ilicitano Raúl Martínez acababa de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio en taekwondo y con el confinamiento se enfrentó a un nuevo escenario en el que la resiliencia pasó a ser fundamental. “Hemos demostrado capacidad para adaptarnos a situaciones adversas como las que hemos vivido en unos meses muy difíciles. Que coincida una pandemia mundial con un año de Juegos Olímpicos para los que te has clasificado, se hace complicado.”, compartió.

“Sobre todo fueron duros marzo y abril, cuando no se sabía qué iba a pasar y teníamos que entrenar en casa y sin medios. Ha sido un año sin competir, pero hay que mantener la cabeza fría y entrenar al cien por cien con la confianza en que la situación afecte lo menos posible”, finalizó.

A María de Alharilla, jugadora internacional del Levante UD, la pandemia le permitió criar y disfrutar de su hijo, ahora de dos años. “No soy de tener muchos miedos y con el peque y los entrenamientos no me daba para pensar mucho”, rememoró. “Disfrutaba del día a día. Recuerdo entrenos en casa que eran durísimos y que con el niño, se convertían en un ‘show’ porque me intentaba imitar. Dejaba todos los juguetes por el suelo y tropezábamos”, añadió.

Alharilla muestra los goles marcados en una entrevista. (Foto: Adolfo Benetó)

“Últimamente paso menos tiempo con él, pero cuando estamos juntos al menos podemos salir a la calle para que juegue al fútbol o corra, algo que le encanta”, indicó la futbolista andaluza.

También recordó que el Levante fue de los pocos equipos que volvió a entrenar sobre el césped antes del verano a pesar de que LaLiga Santander estaba suspendida. “Los primeros días fueron extraños, parecíamos torpes con el balón, pero estábamos felices por poder hacer lo que nos gusta”, concluyó.