El silencio de Mestalla un año después y sus terribles consecuencias
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Este lunes se cumple un año desde que se disputó el último partido del Valencia CF en Mestalla con público. Fue un 29 de febrero, un Valencia-Betis en el que apenas se barruntaba todo lo que iba a llegar después. Pasados estos doce meses, es momento de analizar el impacto que ha tenido ese tiempo en el conjunto de Mestalla, uno de los primeros afectados por la bomba biológica de Milán. En estos 365 días el silencio y la pandemia del coronavirus, al margen de una pésima gestión deportiva, terminaron por hundir un proyecto que ha pasado de luchar por entrar en la Champions a pelear por no bajar de categoría. La pandemia del COVID-19 ha afectado a infinidad de equipos a nivel económico, deportivo y social, pero en el caso de la sociedad valencianista este impacto ha sido brutal.
Por ejemplo, el presupuesto se ha reducido de 183 millones de euros de ingresos previstos a 118 millones que, salvo sorpresa, serán muchos menos. A nivel deportivo, la pandemia cogió al Valencia luchando por no caer eliminado de octavos en la Champions y ahora sigue en la parte media baja de la tabla de LaLiga con la sensación de que está lejos de los guarismos en los que se movía hace apenas una temporada y media con Mateu Alemany y Marcelino al frente de la sala de máquinas. Sin los profesionales, sin dinero y sin el calor de la afición, las consecuencias han sido terribles para el centenario Valencia.
18 partidos con un balance desolador en Mestalla
En este período el conjunto valencianista ha disputado 18 encuentros, 1 de la UEFA Champions League que perdió el 10 de marzo (3-4) y diecisiete de LaLiga Santander con un balance descorazonador.
De la temporada pasada sumó tres victorias ante CA Osasuna, Real Valladolid y RCD Espanyol cuando ya no tenía opciones de jugar a Europa, un empate ante el Levante UD y una derrota contra el Athletic Club. Eso, sumado a seis derrotas y un empate fuera de casa dejaron a los de Mestalla fuera de Europa.
Esta campaña como local ha sido mucho peor. Mestalla ha perdido su fuerza y el equipo se ha hundido. Como local ha ganado sólo cuatro encuentros (Levante, Real Madrid, Elche y Celta, estos dos últimos en un mes) pero han volado infinidad de puntos tras cinco empates (Huesca, Getafe, Athletic, Osasuna y Cádiz) y tres derrotas (Betis, Atlético y Sevilla). En total dejó de sumar 19 puntos.
El cómputo total en este año de pandemia se cierra con siete victorias, cinco derrotas y seis empates; un balance paupérrimo para un club que basa sus éxitos en su fortaleza como local. En ellos anotó 27 goles, encajó 22, se quedó sin marcar en cuatro y sólo en cuatro dejó su portería a cero (dos veces en el último mes).
El cómputo total en este año de pandemia se cierra con 7 victorias, 5 derrotas y 6 empates. En ellos anotó 27 goles, encajó 22, se quedó sin marcar en cuatro y sólo en cuatro dejó su portería a cero (dos veces en el último mes).
El regreso de la afición a Mestalla y su calor
Ha pasado un año desde que la afición del Valencia CF pudo alentar a su equipo en Mestalla. La pandemia ha tenido consecuencias funestas con efectos terribles. De ellos, el primer y más importante que ha generado es la falta del calor y del apoyo de la afición al equipo. Sin sus miles de gargantas, se acabaron Por un lado su aliento, y por otro su crítica, se les echa en falta en el escenario idóneo en el que la afición pueda mostrar su disconformidad y su desafección con la gestión de Peter Lim y Anil Murthy como han hecho hasta la fecha con imaginación montando diversos actos como velatorios, caravanas, murales, pancartas y hasta escudos hechos de escombros.
Quince días frenéticos en los que todo se cerró
29 de febrero: Mestalla acoge el partido Valencia-Betis (2-1), el último disputado con público en este estadio hasta la fecha y que registró la afluencia más baja de espectadores (37.418) de toda la temporada.
3 de marzo: El por entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, anuncia que el encuentro Valencia-Atalanta, fijado para el martes 10, se disputará en Mestalla a puerta cerrada.
4 de marzo: La Agrupació de Penyes Valencianistes expresa su disconformidad con la celebración del partido sin público y pide que los socios puedan acceder al considerar que la medida no es uniforme para todos los clubes, decisión que horas después la consellera de Sanidad, Ana Barceló calificó de “definitiva e irrevocable”.
Barceló indicó que esperaba que no viajaran a Valencia los 2.400 italianos que habían adquirido su entrada para acudir al encuentro en Mestalla.
8 de marzo: El Valencia informa de que los medios de comunicación tampoco podrán acceder al estadio el día del partido Valencia-Atalanta.
10 de marzo: El Valencia juega sin público ante el Atalanta (3-4) en un partido en cuyos prolegómenos 3.000 aficionados se acercaron al estadio para recibir al equipo local, mientras que el conjunto italiano fue alentado por un grupo pequeño de seguidores.
14 de marzo: Se declara el estado de alarma en España y la actividad deportiva de los clubes profesionales se detiene.
15 de marzo: El encuentro de LaLiga Santander Valencia-Levante, correspondiente a la vigésimo octava jornada de Liga y previsto para ese día ya no se disputó. Se jugó casi tres meses después, el 12 de junio, cuando se reanudaron las competiciones. Ya nada sería lo mismo y para el Valencia CF menos.