Javi Gracia, una despedida que llega tarde y mal pero también a destiempo
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La despedida de Javi Gracia llega tarde y mal, pero también a destiempo. Después de haber aguantado carros y carretas a lo mejor tocaba esperar hasta la salvación matemática.
Creo que la decisión que ha tomado el Valencia CF con Javi Gracia es precipitada y a destiempo. O era antes, cuando dejaste de creer en él y rebuscaste de nuevo en el cajón de los técnicos (hace ahora dos meses) para ver si optabas por Pepe Bordalás, por Diego Martínez o esperas a que Peter Lim proponga uno con Jorge Mendes; o era ya al final de temporada o con la la salvación matemática en el bolsillo. No se puede tomar una decisión fruto de los nervios y la intranquilidad o pendiente de Singapur. No creo que el navarro sea ya exentrenador por la derrota contra el Barça, más bien por la tendencia de las últimas jornadas. Pero eso ya lo veíamos todos, incluso hasta el club tuvo en su mano la decisión.en enero. En aquella ocasión el club postergó la decisión pero ahora ha preferido no esperar más.
Creo firmemente que esta plantilla se salvará del descenso a LaLiga SmartBank y creía que lo iba a hacer con Javi Gracia en el banquillo. Necesita tres puntos y los podrá conseguir ante el Real Valladolid, la SD Eibar o la SD Huesca (dejo al Sevilla FC fuera por motivos obvios). Confío que el nuevo terremoto generado por Meriton no produzca un efecto negativo y contrario a lo que se busca.
Creo firmemente que esta plantilla se salvará del descenso a LaLiga SmartBank y creía que lo iba a hacer con Javi Gracia en el banquillo, pero lo cortés no quita lo valiente
Gracia es otro a partir de enero
Para mí el punto de inflexión de Gracia estuvo en enero. Hasta ese momento, el técnico tenía excusa. Podía decir que lo habían engañado con la política de fichajes y la opinión pública hubiera entendido casi cualquier resultado 'normal' de esta campaña por las dificultades que tuvo. Sin embargo, a raíz de sus decisiones incomprensibles con los fichajes quedó patente, al menos para mí, su enfrentamiento con la propiedad hasta el punto de que era insostenible. Poner a Guillem Molina de lateral derecho en Pamplona para que no jugara Oliva o no darle más oportunidades a Cutrone me parece que era llevar al terreno deportivo un conflicto de otra índole del que, por supuesto él no era culpable.
La gestión del equipo en reglas generales, con casos como Kang In Lee o Vallejo, prácticamente desaparecidos del equipo en los últimos meses y, por supuesto los resultados, dieron con sus huesos en el despido. En 2021 el equipo no había ganado fuera de casa, llevaba tres puntos de dieciocho pero quizá el momento de echarlo ya había pasado. Ahora era cuestión de esperar a que sumara tres puntos y en verano romper el contrato de forma menos lesiva (económicamente hablando) para el Valencia. Dicho esto. Que llegue Voro siempre es buena noticia porque es un técnico que conoce la casa, que sabe cómo respira el valencianismo y ese vestuario lo que necesita es cariño y empatía.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València