Mestalla vuelve a rugir
Día diferente en Mestalla. Ilusiones renovadas y aires de estreno y en las gradas, la verdadera esencia del valencianismo, su gente, la afición del Valencia CF Fueron pocos pero suficientes para volver a llenar de vida el vetusto coliseo de la Avenida de Suecia. Ya en los prolegómenos del encuentro se percibía un ambiente y un aroma diferente, el de las grandes ocasiones, esta vez atenuado pues apenas unos 10.000 aficionados presenciaron en directo el partido. No se agotaron las entradas, ni mucho menos y la dispersión de aficionados era evidente a lo largo y ancho de lo anillos del estadio, a diferencia de lo ocurrido en el Trofeo Naranja.
Los jugadores del Valencia CF volvieron a sentir el calor y el apoyo de su afición, con ganas de volver a vivir un partido de LaLiga Santander después de tanto tiempo.
Antes del encuentro, los aficionados volvieron a manifestar su enfado con el presidente del Valencia CF, Anil Murthy, así como con el máximo accionista, Peter Lim. Por supuesto, Carlos Soler, el flamante medallista de plata en Tokio 2020 recibió una atronadora ovación por parte de los congregados en un estadio que volvió a sentir y a vibrar con su equipo.
La afición de Mestalla jugó un papel crucial en el accidentado inicio de encuentro. Tras la expulsión temprana de Guillamón, cualquiera se habría hundido, Mestalla y el Valencia no, todo lo contrario. Tanto es así, que la grada impulsó al equipo, impidiendo cualquier atisbo de frustración para que el equipo reaccionase y se lanzase a buscar un golpe de efecto que llegó con el penalti a Cheryshev y el posterior gol de Soler.