Pues al final la sangre no llegó al río. Bordalás, en su comparecencia previa a la Copa del Rey volvió a hablar de fichajes, se mordió la lengua y es cierto que mostró cara a la galería un tono diferente al anterior. Después del partido volvió a estar ácido, con dardo inlcuido, apretando, con mensajes claros a la propiedad pero siempre dentro de su papel. Aprieta pero no ahoga. Vaya por delante que le aplaudo que apriete para que le traigan refuerzos y pueda así lograr los objetivos que ansía.
El caso es que Bordalás fue, una vez más, un tipo listo, que sabe manejar la escena y que tiene el culo pelao en esto del mundo del fútbol. Sabe que lo que le han puesto en su boca -dimitir, arrojar la toalla, o enrocarse por Aridane- o no es verdad (no cuestiono la info de nadie) o era todavía pasarse de la raya. Por eso ha estado en sus dos últimas comparecencias con el freno de mano echado, diciendo pero sin decir, atacando pero sin agredir, mostrando sus necesidades pero sin ahogar, sabiendo que esto es muy largo, que quedan quince días de mercado y que, hasta el rabo todo es toro. Es evidente que el tono triunfalista ha quedado en el olvido y que da la sensación de que se muerde la lengua.
A todos los periodistas nos llegó que Bordalás en la famosa reunión de entre semana se puso farruco, pero él mismo se dio cuenta que tenía que recoger cable y, aquí ya es la opinión de un servidor, creo que tampoco tiene tantos motivos para la queja. Aunque sea una barbaridad, en otros tiempos Wass habría disputado ya la Supercopa con el Atlético y vendría a Mestalla de rojiblanco en LaLiga y no le habrían traído ningún fichaje de los que él avaló en verano: Marcos André, Hugo Duro, Foulquier y Alderete. Es, por desgracia, lo que ha sucedido en el pasado más reciente con Meriton.
Después de mucho preguntar, porque un servidor no se cree que Bordalás prefiera a un jugador peor, mayor y lesionado como Aridane, antes que a otro a priori mejor, me contaban una versión algo distinta de las cosas. No es que Bordalás se enroque por Aridane o Wakaso, lo que él tiene claro es que sus fichajes deben ser "hombres", gente ruda, hecha, con oficio, que sepa de qué va LaLiga Santander y que rindan desde el minuto uno. Futbolistas que lleguen y le pongan un petardo en el culo a los jóvenes y así suba el rendimiento del grupo. Y, visto así, a nadie le .parece mal. Pero él es el entrenador, no ha visto todo el mercado y, aunque tiene más experiencia que nadie en el club -Corona tampoco es un recién llegado a esto del mundo del fútbol- se empeña en jugadores que conoce y eso, por supuesto, limita el mercado a un club que, ya de por sí, llega a competir con poco dinero fruto de su pésima gestión pasada.
En definitiva, romper la baraja por Aridane o Wakaso era una solemne tontería y creo que Bordalás se dio cuenta a tiempo. Ahora bien, espero que el club reaccione. Ir a por Diawara es una buena decisión, aunque Bordalás diga que no le consta. Siempre sumará si llega.
Dicho esto, entiendo que el Valencia CF también se plante y se niegue a pagar por Aridane -lleva sin jugar desde septiembre en Liga y Osasuna no lo cede- o por Wakaso, que está lesionado y nadie sabe muy bien si es fácil sacarlo o no de China. Veo bien que el club le proponga otros nombres como Diawara, Yokuslu o Álvaro González y algunos más y que, entre todos, elijan los que crean que son mejores y más van a jugar más de aquí a final de temporada. El consenso es clave. Para traer tres tíos como Ferro, Cutrone u Oliva y que el entrenador no los ponga porque no los quiere, es mejor no hacer nada. Tampoco debe olvidar nadie que, por desgracia, lo que no hay es dinero para todos y si Bordalás y el Valencia CF quieren quedarse a Alderete, Hugo Duro e intentar fichar a Djené y Arambarri en verano, tendrán que recortar por otro lado. Simple y dura matemática en este Valencia de crisis. Feliz semana.
David Torres
Delegado del ElDesmarque en Valencia