Rusia llega herida, pero no muerta a los Juegos de Río
Rusia recibió hoy, casi en el tiempo de descuento, la luz verde para competir en los Juegos Olímpicos de Río, a los que llega herida debido a la ausencia del equipo de atletismo, pero no muerta, ya que aún tiene muchas opciones de medalla.Ignacio Ortega
La comisión especial creada por el COI para examinar caso por caso a los deportistas que componían el equipo ruso fue una mera formalidad, ya que se limitó a certificar las decisiones adoptadas por las correspondientes federaciones internacionales.
En total, unos 270 deportistas rusos lucharán por las medallas en Río, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que tras la publicación el 18 de julio del informe McLaren sobre el dopaje de Estado pocos apostaban por su admisión a los Juegos.
"En casi todas las disciplinas olímpicas acudiremos con los equipos al completo", aseguró exultante Alexandr Zhúkov, presidente del Comité Olímpico Ruso (COR), desde la ciudad brasileña a poco más de 24 horas de la ceremonia de inauguración.
No era para menos, ya que al final, aparte de los 67 atletas apartados por la IAAF, sólo medio centenar de deportistas han sido excluidos, de ellos más de la mitad integrantes del equipo de remo y halterofilia.
Además, en el último momento fueron perdonados dos nadadores mencionados en el informe McLaren, pero que entrenan en Estados Unidos: Nikita Lobintsev y Vladímir Morózov, ambos medallistas olímpicos.
Y aún está en el aire la suerte de algunos deportistas como la campeona mundial de natación, Yulia Efímova -sancionada en 2013 por consumo de anabolizantes-, ya que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) aún no ha emitido su fallo.
Según la prensa rusa, más de una veintena de campeones olímpicos, mundiales y medallistas rusos ya se han quedado irremediablemente fuera de la competición, lo que complica la tarea del equipo eslavo de recuperar el tercer puesto en el medallero que perdió hace cuatro años Londres en beneficio de los anfitriones.
Las ausencias más destacadas son las de la pertiguista Yelena Isinbáyeva, que esperaba terminar su carrera con un tercer oro; y la tenista María Sharápova, plata en Londres y que fue suspendida por consumo de Meldonium, fármaco cardiovascular prohibido desde enero pasado.
Sin lugar a dudas, la baja de los atletas es el mayor revés para los rusos, ya que Isinbáyeva; el campeón del mundo en 110 metros vallas, Serguéi Shubenkov; la campeona mundial de salto de altura, María Kúchina, y la lanzadora de jabalina Vera Rebrik aspiraban al oro.
La única atleta que competirá en Río será la saltadora de longitud Daria Klishina, que recibió el beneplácito del COI por entrenar desde hace tres años en EEUU, aunque sus opciones de medalla no están ni muchos garantizadas.
Los rusos también eran los favoritos a la victoria en varias categorías de levantamiento de peso, pero en el resto de disciplinas más castigadas por la lucha contra el dopaje como remo o piragüismo, las posibilidades de subirse al podio eran mucho menores.
Según la prensa, aunque claramente mermado, el actual equipo olímpico ruso puede rondar las 70 medallas, nueve menos que hace cuatro años en Londres, aunque con solo 15 oros, lo que podría ser insuficiente para encaramarse al tercer puesto en el medallero.
Las mayores esperanzas del equipo ruso residen en esgrima (cinco oros, dos platas y tres bronces); boxeo (dos oros, una plata y tres bronces); lucha (tres oros, tres platas y cinco bronces); gimnasia artística (dos oros y un bronce), natación sincronizada (dos oros) y ciclismo (un oro y dos bronces).
Los rusos también esperan sumar varios metales, aunque no oros, en judo (dos platas y dos bronces); gimnasia deportiva (tres platas y cinco bronces); saltos de trampolín (dos platas y dos bronces) y tiro (dos platas y dos bronces).
En deportes de equipo, los rusos esperan subirse al podio, aunque no a lo más alto, en voleibol masculino y femenino, y en balonmano femenino.
El problema radica en que un buen resultado en el medallero no puede obviar que Rusia se ha convertido en un paria del deporte mundial debido a sus dudosas credenciales en la lucha contra el dopaje, que han salpicado incluso al fútbol.
El COI, que fue muy criticado en EEUU, el Reino Unido y Alemania, por no excluir a Rusia de los Juegos, tendrá que hilar muy fino para reconducir a Rusia, una de las mayores potencias olímpicas, sin provocar un cisma en el movimiento olímpico.