El rugby femenino debuta en los Juegos Olímpicos en una competición frenética
El rugby 7 femenino se estrena este sábado en los Juegos Olímpicos, en una competición que se presenta impredecible y apasionante y en la que España y Brasil buscarán hacerse un hueco entre las gigantes Australia y Nueva Zelanda.Manuel Pérez Bella
Las dos potencias oceánicas, unidas a Gran Bretaña, parten como los equipos más fuertes de antemano, pero en una disciplina tan rápida, en la que el rumbo de un partido puede cambiar en apenas unos segundos, las doce selecciones aspiran a los laureles.
Australia es la presente campeona de las Series Mundiales y acude a Río con vitola de máxima favorita, liderada por la velocista Ellia Green, apodada como 'The Green Machine', y por Emilee Cherry, autora de 22 ensayos durante la temporada.
Las australianas encabezan el Grupo A, junto a Fiji, otra selección que puede optar a las medallas, Estados Unidos y Colombia, un equipo que no juega de forma regular y que, a priori, parte con menos opciones.
Nueva Zelanda, otra de las potencias de este deporte, liderada por Portia Woodman y Sarah Goss, fue segunda en las Series Mundiales de este año y se presenta como el otro gran candidato al oro.
Las Black Ferns serán el escollo más duro para España en el Grupo B, en el que también figuran Francia, una potencia europea contra la que las Leonas se jugarán la clasificación, y Kenia.
Las españolas, lejos de los favoritismos, fueron las últimas en matricularse a Río en la repesca jugada en Dublín el pasado junio, pero acuden a los Juegos Olímpicos con opciones de pasar a los cuartos de final y quizá, de pelear por vuelos más altos.
El equipo dirigido por José Antonio Barrio terminó la temporada noveno en la clasificación mundial y tiene en su currículo una victoria sobre Nueva Zelanda en 2015 que le acredita como una selección competitiva.
Las Leonas tienen en su nómina a jugadoras peligrosas, como la capitana Elizabeth Martínez, Barbara Plá y Patricia Garcia, la líder en anotación de la temporada con nueve ensayos.
El Grupo C cuenta con Gran Bretaña, que se nutre de la selección inglesa que ganó el Mundial de 2014, de la que conserva seis jugadoras, entre ellas a su líder, Heather Fisher.
Junto a las británicas aparece otra selección con opciones de llegar al podio como Canadá, además de Japón y Brasil, el equipo anfitrión, que si juega bien sus bazas, también tiene papeletas de alcanzar por lo menos los cuartos de final.
A diferencia de la selección masculina, las brasileñas son una potencia regional, han ganado el campeonato sudamericano cada vez que han participado en él, y cuentan en sus filas con todo un bólido como Edna Santini, de 1,53 metros de altura, capaz de encontrar huecos en cualquier defensa.
Esta será la primera edición de la historia en la que se disputa un torneo olímpico de rugby femenino. Entre 1900 y 1924 el rugby Unión formó parte del programa olímpico, pero sólo en su versión masculina y ahora regresa a los Juegos en formato "seven" y para ambos sexos.
El torneo promete un ritmo frenético, el que impone el tiempo corto de los partidos -apenas 14 minutos cada uno-, la velocidad del juego y la imprevisibilidad típica de esta disciplina, en la que un partido puede cambiar de sino a toda velocidad, por un mero despiste defensivo.
La única excepción a la regla de tiempo es la final, que se jugará el próximo lunes y será disputada a 20 minutos, en dos mitades de diez.
La competición dura apenas tres días, los doce equipos están divididos en tres grupos, cada uno jugará dos partidos diarios y los dos mejores clasificados, además de los dos mejores terceros, pasarán a los cuartos de final.
A diferencia de las Series Mundiales, los partidos pueden terminar empatados en la fase de grupos, cuando la victoria vale tres puntos y las tablas, uno.
A partir de cuartos de final, en caso de empate se jugará una prórroga a muerte súbita.
El rugby se disputará en el Estadio de Deodoro, una instalación temporal con un aforo de 15.000 personas, localizado en el Parque Olímpico de Deodoro, a las afueras de Río.