Los sobornos confirmados de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: de los peluches al amaño de las licitaciones
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Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 siguen manchándose con polémicas respecto a sobornos. En esta ocasión, el Tribunal de Distrito de Tokio ha condenado a Taiji Sekiguchi, expresidente de la empresa de peluches Sun Arrow, y a Yoshihiro Sekiguchi, su padre y exejecutivo de la misma. La sentencia de un año de prisión por pagar unos dos millones de yenes (13.400 euros) a un miembro del comité organizador en relación al merchandising.
Ninguno entrará en la cárcel, pues la pena de prisión ha sido suspendida a tres años de libertad condicional, según los detalles de la sentencia publicados por la agencia local de noticias Kyodo.
Sun Arrow vendió con licencia oficial peluches de las mascotas de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, Miraitowa y Someity.
La empresa es muy conocida a nivel nacional por sus peluches de personajes de películas del estudio de animación Studio Ghibli y también vendió productos de la mascota de los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano 1998, entre otros.
En la sentencia de hoy, el juez Yasuaki Takahashi dictaminó que los ejecutivos de la firma pidieron favores a Haruyuki Takahashi (79), miembro del comité organizador de los Juegos tokiotas, incluida la concesión de la licencia, y que a cambio le pagaron un 1,5 % de las ventas totales de los productos comercializados bajo la misma.
La sala decidió conmutar la pena de prisión a libertad condicional en consideración de que ambos admitieron los cargos y mostraron arrepentimiento por sus actos, explicó. La fiscalía había pedido un año de prisión.
Hay ya muchos más sobornos confirmados en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Los Sekiguchi forman parte de las 15 personas imputadas hasta la fecha en la investigación de los sobornos. Los ejecutivos de varias empresas habrían pagado a Haruyuki Takahashi para lograr contratos de patrocinio y otras licencias vinculadas al evento.
Cinco de ellos han sido declarados culpables hasta la fecha. Entre ellos, un expresidente de la conocida cadena nipona de tiendas de trajes Aoki, patrocinador oficial que se encargó, entre otros menesteres, de los uniformes del personal de los Juegos.
La investigación sobre esta presunta red de sobornos saltó a la luz tras la detección de la recepción de supuestos sobornos por parte de Takahashi, la figura central de la trama, que ha negado sistemáticamente haber recibido ningún pago fraudulento, alegando que las cuantías recibidas eran abonos por servicios de consultoría.
A los sobornos se suma el presunto amaño de las licitaciones para la organización de las competiciones test de los JJ.OO. de Tokio 2020, eventos que se disputan unos meses antes para poner a prueba las instalaciones y al personal, y que habrían sido concedidas a una serie de empresas previamente designadas entre un grupo preferente.