Venezuela, obligada a ganar desde el principio en el grupo de la anfitriona
La selección de baloncesto de Venezuela comenzará el Mundial de Baloncesto de China 2019 con la obligación de ganar desde el primer partido, contra Polonia, en un grupo en el que tanto los polacos como la anfitriona, China, cuentan también con opciones de hacerse con las dos plazas de cabeza.
Así, el primer encuentro del Grupo A, entre Polonia y Venezuela (a disputarse en Pekín el 31 de agosto a las 16.00 hora local, 08.00 GMT), decidirá buena parte de la suerte de cada una de las selecciones durante el torneo.
Aunque los venezolanos están clasificados en la vigésima posición de la tabla mundial de la FIBA -cinco puestos por delante de Polonia-, los polacos tienen a su favor una mayor estatura (una media de 1,99 metros, por el 1,96 de la Vinotinto) y mayor juventud (29 años, uno menos que la media del combinado sudamericano).
Las bazas venezolanas son, entre otras, una mayor complicidad entre sus jugadores, ya que más de la mitad de la plantilla compiten para el mismo club, entre ellos el capitán, José Vargas: los Guaros de Lara de la liga de Venezuela.
Además, la Vinotinto cuenta con una mayor experiencia en mundiales, con cuatro participaciones (la última de ellas, en 2006), mientras que Polonia se clasificó para este campeonato por primera vez en 52 años, su única aparición mundialista (en Uruguay en 1967).
Por su parte, China (en el trigésimo escalafón de la clasificación de la FIBA) juega con el importante factor cancha, y con el liderazgo del que probablemente sea el jugador más internacionalmente conocido de todo el grupo: Yi Jianlian.
El veterano ala-pívot de 2,13 metros, sexta elección del draft de la NBA en 2007 (por parte de los Milwaukee Bucks), ex también de New Jersey Nets, Washington Wizards, Dallas Mavericks y L.A. Lakers, se ha hecho con las riendas del equipo desde que se retiró el mito del baloncesto chino, Yao Ming, quien ahora ejerce de presidente de la federación del país asiático.
La participación de China este año, y además como anfitriona, llega después de haberse perdido la anterior cita mundialista, en España en 2014, por lo que se juntarán las ganas de regresar al ruedo intercontinental con la necesidad de realizar un buen torneo ante su público.
El objetivo chino: mejorar su mejor clasificación, el octavo puesto logrado en Canadá en 1994.
Costa de Marfil (que ascendió cuatro puestos en la última actualización de la clasificación de la FIBA, hasta el actual 64), completa el grupo en el que, a priori, no contaría con posibilidades reales de clasificar entre las dos primeras de la primera fase de grupos.
Los Elefantes, no obstante, cuentan con veteranos mundialistas, como Souleyman Diabate, Mohamed Kone, Charles Abouo y Guy Edi, quienes participaron en el mundial organizado en Turquía en 2010, y esta experiencia puede ser clave para el combinado marfileño.
Entre los jugadores a tener en cuenta en el grupo A, además de los mencionados Yi y Vargas, los polacos Mateusz Pontika y Adam Waczynski, así como al ala-pívot venezolano Nestor Colmenares, quienes levantarán del asiento en más de una ocasión a los aficionados.
Las selecciones encuadradas en el Grupo A jugarán en Wukesong, pabellón que albergó la competición de baloncesto durante los Juegos Olímpicos de Pekín, y que cuenta con capacidad para 18.000 espectadores.