Toca ponerse de pie. Javier Pérez-Coca es uno de esos luchadores anónimos que combate diariamente contra el coronavirus y, aunque elude el término de 'héroe', manifiesta con orgullo el duro trabajo que afrontan en este nuevo tiempo muy a pesar de las circunstancias. No sólo en los hospitales; el 'aplauso sanitario' se ha extendido a otro muchos sectores, antes en la sombra, que aportan grano a grano para que esta sociedad no decaiga en su confinamiento. "Vamos bien, pero ahora es cuando hay que ser más conscientes", reivindica.
Médico en urgencias y deportista de élite, el número 11 de la selección española de lacrosse vivía a medio camino entre Madrid y Alicante, donde reside y trabaja en la planta de urgencias del Hospital Universitario. "Ahora todo es COVID", pero no siempre fue así. "Como residente, tenía la opción de elegir el área que más me interesaba. Estaba rotando en Madrid en aspectos de medicina del deporte, pero cuando empezó esto me lo cancelaron y me dijeron de volver a Alicante para hacer guardias y ayudar".
Trabajo, selección y dos másters, de traumatología del deporte por la UCAM y biomecánica clínica por la Universidad Politécnica de Valencia. El primero ha quedado suspendido a expensas de nuevas noticias, mientras que las prácticas del segundo, programadas para junio, aún quedan en el aire. El -maldito- virus se llevó también por delante el calendario deportivo de este verano: nada más y nada menos que el Campeonato de Europa. "Este era el primero que otorgaba plaza para el Mundial. Esta crisis pone en orden tus prioridades, pero da rabia", concluye.
En una entrevista para el ElDesmarque, Javier Pérez-Coca nos muestra la lucha
contra el coronavirus desde la perspectiva de un médico de urgencias, desde dentro, así como el futuro de un deporte semi desconocido, de esos llamados minoritarios aunque en claro auge, como consecuencia de los últimos acontecimientos.
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En tiempos de confinamiento y coronavirus lo prioritario es la salud,
¿cómo te encuentras y cómo está la situación en Alicante?
Yo estoy bien, la verdad que tengo suerte. En Alicante, de momento, lo estamos
controlando, no está tan mal como en otras provincias. Al principio hubo algún
caso más de los que parecía pero, de momento, lo dicho, estamos bien y controlándolo.
Viendo lo que estaba sucediendo en Italia, sobre todo en las dos semanas anteriores a la aprobación del estado de alarma, ¿pensabais que el virus podría trasladarse a España de la forma en la que lo ha hecho?
Nosotros no pensamos que pudiera ser tanto como ha sido. Pero porque lo que nos fueron diciendo las autoridades sanitarias era que esta enfermedad era una infección vírica similar a una gripe y no nos daban más datos al respecto. Las primeras recomendaciones que fuimos dando nosotros fueron de no perder la calma, de cierta cautela. Luego es cierto que han ido apareciendo más datos y hemos actuado viendo como evolucionaba. Pero, según lo primeros datos, para nada podríamos pensar que sería de esta magnitud.
Con el paso del tiempo, ¿echáis de menos que se hubiese actuado antes?
Lo que sí nos pilló desprevenidos fue que no fuimos capaces de prever que en España todo fuese a ser tan horrible. Nos pilló algo relajados. Las recomendaciones, al principio, se quedaban cortas... ¿Quizá tuvimos que ser más contundentes desde el principio? Pues probablemente sí. Las medidas las hemos ido tomando semana a semana, según hemos ido teniendo datos y según nos llegaban las recomendaciones desde el Ministerio de Sanidad, que han ido
cambiando a lo largo de este proceso.
¿Os habéis sentido desbordados por la situación? Me refiero también en términos logísticos.
Nos hemos ido adelantando a la situación. Estamos habilitando un hopital de campaña en la explanada de entrada al edificio principal por si nos quedábamos sin camas. De momento la planta está bien, sí hemos tenidos épocas en las que hemos estado más colapsados, pero se han ido dando altas y ahora mismo seguimos teniendo camas. Lo que sí que está más llena es la UCI, allí los ingresos son más altos y los pacientes más complejos, por lo que es allí donde se puede complicar, aunque no de momento.
Desde dentro, ¿lo entendéis como una crisis en la gestión del problema o es posible que haya dejado latentes algunas carencias del sistema sanitario?
Yo creo que un poco de todo. Es un problema nuevo para el que no estás preparado y te vas adaptando. Los especialistas en la gestión, tanto a pequeña como a gran escala, han hecho cosas bien, porque han sabido adaptarse, pero ha habido otras que no. Yo salgo a la calle y veo en el supermercado gente con mascarillas mucho mejores que las que yo uso en urgencias. No llego a entender como esas personas pueden tener esas mascarillas y yo no. O como ciertos equipos están disponibles a cuentagotas, cosas que desde el primer momento deberíamos haber tenido. No sé si es un problema que, al depender de las autonomías, cada una está haciendo lo que puede o si se debería haber centralizado desde un primer momento para poner orden... o si las personas a cargo no sabían de estos asuntos de gestión y necesitaban perder tiempo informándose. No lo sé.
Sea como fuera, le estamos plantando cara con lo que podemos. ¿Podría haber ido mejor? Seguramente sí, pero, ¿podría haber ido peor? Yo creo que también. Vamos a esperar que pase esto y luego ya buscaremos algún culpable... si lo hay.
Hablabas de las mascarillas, ¿qué otros problemas os habéis encontrado a la hora de tratar con los pacientes?
La OMS recomienda un tipo de mascarilla, de bata, de guantes... ciertas medidas que, a lo mejor, no están disponibles. Por ejemplo, en algún momento tenemos que ver pacientes con mascarillas quirúrgicas, que no son las FPP2 o FPP3 que recomiendan y las que usamos no protegen de aerosoles. En lugar de usar una bata impermeable, usamos una bata que simplemente repele un poco los líquidos pero que no es la mejor... A veces sí falta material. Las empresas o particulares se han puesto manos a la obra y sí que nos llegan máscaras protectoras o material que van consiguiendo; un odontólogo, por ejemplo, tiene una empresa y dispone de 300 mascarillas y las coge y las lleva al hospital. Es cambiante, hay semanas que tenemos más protección y otras que tenemos menos. También entiendo que nosotros en urgencias estamos expuestos, pero los compañeros de la UCI están más expuestos todavía y ellos necesitan más el material que nosotros. No tenemos, al menos en mi hospital, toda la protección que nos gustaría, pero es lo que hay y tenemos que trabajar con eso.
Hay gente que se están dando cuenta ahora de lo importante que es gozar de un sistema sanitario público, ¿qué sensación tenéis sobre eso en los hospitales?
Lo estamos viendo en EE.UU, las facturas tan tremendas que están pagando, se habla de 30.000 euros por una semana en la UCI. Aquí no sé cuanto cuesta, pero no creo que sea menos. Son auténticas burradas. Tener un sistema como este es una suerte y una cosa que hay que cuidar. Quizá esta crisis haya hecho florecer los problemas de organización y gestión que hay y de lo frágil que es esto, y a lo mejor sirve para que en el futuro podamos cuidarlo, mimarlo un poco más. Echamos en falta que este apoyo se produzca fuera de la crisis, que la gente no sólo se acuerde de nosotros cuando hacemos falta. Que también tengan esto en consideración cuando se colapsan las urgencias por tonterías, cuando no hacen caso de las recomendaciones o cuando piensan que no estamos con ellos, cuando la realidad es que estamos en su equipo siempre y todos somos parte de
lo mismo. Esperamos que cuando todo esto se resuelva la gente cambie un poco el chip.
El 'aplauso sanitario', ya extendido a otros sectores, se ha convertido en una especie de ritual para la sociedad. Supongo que, cuando no estás trabajando, también participas en él.
Transmite un sentimiento de unidad, de que estamos todos juntos. Es lo que me gusta recalcar. Yo soy parte de esto porque soy de urgencias, pero tú, si te quedas en casa o cuidas que tus amigos se tomen esto en serio, también. Es una forma de darnos una palmadita todos en el hombro y fomenta un poco eso, que estamos todos juntos en esto. Y ya no sólo por los sanitarios, hablo de policías, bomberos, repartidores, trabajadores de supermercados... en definitiva todas esas personas que están trabajando ahora cuando otros están casa y que se están exponiendo. Es emocionante.
La gente está usando el término 'héroes', ¿os consideráis así?
El otro día en la radio escuché que alguien usaba un símil con la guerra y esto no es una guerra. No es un batalla en la que hay héroes y villanos; no vamos al frente, todo lo contrario: tenemos que quedarnos en casa para vencer. Mi trabajo sigue siendo similar al de otras épocas en las que también vamos con la lengua fuera. Si soy un héroe ahora también lo era antes. Está bien que a la gente le guste creer esto, pero no somos nada distintos a otro profesionales. Cada uno hace su función y todos vamos aportando a esto.
Te pongo el ejemplo de Andalucía porque es el que tenemos más cerca, el Hospital Virgen del Rocío, uno de los más importantes de Sevilla, empezó a cerrar plantas debido al reducido número de nuevos infectados, ¿es algo que también está sucediendo en Alicante y que se pueda extrapolar a otras regiones?
El último dato que teníamos de 'pacientes COVID' en Alicante era de 70, la semana pasada era de ciento y algo. Se van dando altas y la cosa va mejorando bastante. A ver qué pasa durante los días de fiesta y el fin de semana, pero se aísla una unidad y en el momento en el que se confirma que uno no es COVID se saca de ahí para que no esté en contacto con el virus.
¿Podríamos decir, sin lanzar las campanas al vuelo, que se ve la luz al final del túnel?
Lo que sí que se está viendo es que se está frenando un poco, pero todavía está lejos. Estamos viendo datos buenos, pero ahora es cuando no podemos relajarnos. Y eso es quizá lo que estamos viendo, la gente ahora sale más a pasear al perro, va más a hacer la compra... estos que salen con el coche y se van a la casa de la playa. Ahora es cuando no podemos hacer estas cosas, ahora es cuando estamos empezando a frenarlo, estamos consiguiendo que los servicios puedan ir manejando a los pacientes. Pero, si esto colapsa... ya hemos visto lo que está sucediendo en Madrid y el drama que eso supone. Hay que ser
pesados, yo prefiero meterle el miedo a la gente, pero que al menos se queden en casa y sean conscientes. Veo a la gente que va a hacer la compra y vuelve con tres cosas en vez de planificarse para hacerla cada semana o cada diez días. Eso es lo que yo le pido a la gente. Que sea consciente, queda mucho todavía... Vamos bien, porque vamos bien, pero toca ser conscientes.
2019 y 2020 han sido meses de preparación con la mente puesta en el europeo de este verano. Habéis estado en Lisboa, en Barcelona, e incluso el seleccionador, de origen inglés, viajaba desde Manchester para participar en los entrenamientos. De repente surge la crisis y todo se cancela, ¿qué sensación se os queda?
Vives el día preocupado por el entrenamiento, por ciertas molestias, porque tienes
un partido y esto es un choque con la realidad, te pone en orden tus prioridades. De momento se ha pospuesto, aún no hay fecha pero será seguramente el año que viene. Es un parón, nadie sabe que va a pasar con esto, todo queda en stand by. Por un lado sí que es verdad que da mucha rabia, son muchos meses de preparación, ciclos de entrenamiento en los que ves que estás ya a punto, las siguientes concentraciones eran de cara a hacer partidos... Llevábamos mucho trabajo hecho y, ahora, ¡Puf! Otro año más igual de preparación. Lo puedes ver por un lado bien para preparte física y mentalmente, pero para cierta gente es duro. No somos profesionales de esto y hay algunos que por motivos de trabajo les venía bien este año y el siguiente no. Tendremos que verlo según vayamos saliendo de esta.
La importancia de este Campeonato de Europa radicaba en que era además clasificatorio para el Mundial.
Este es el primer europeo clasificatorio para el Mundial; el corte está en el puesto 12 y tenemos que entrar ahí. España ha estado haciendo las cosas muy bien en los últimos años y está progresando mucho. Tenemos opciones reales y vamos con todo. Esto puede ser una ventaja para nosotros para prepararnos más, pero también para el resto de selecciones. Es una carrera de fondo, tenemos una buena oportunidad y hay que aprovechar cada día.
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El nivel del lacrosse está creciendo año tras año, ¿temeis que este parón pueda romper con esa buena dinámica a nivel nacional?
Eso siempre puede pasar; al igual que lo contrario, que jugadores que por lesión sí puedan viajar el año que viene. Convocados somos 23, pero la selección tiene muchos más jugadores que están siempre ahí. El grupo de entrenamiento es de más de 30 jugadores. Hay muchos recambios, gente de sobra por posiciones, con el proyecto en la cabeza. Si no va uno puede ir otro, y tengo claro que ese que vaya va a ser el mejor que puede ir para ese puesto. No tengo ninguna duda que el equipo que vaya el año que viene será igual o más competitivo que el de este verano. No estoy para nada preocupado.
¿Cómo lleváis los entrenamientos en casa?
Tienes que echar a volar la imaginación. Tenemos suerte que nuestro preparador físico nos hace un seguimiento online y nos ha hecho una serie de rutinas de todos los colores para que nos adaptemos en casa a lo que tengamos. Yo, por suerte, soy un poco 'friki' y tengo mancuernas, un TRX y varias cosas, por lo que puedo seguir 'metiéndole caña' todas las tardes. Igual puedo sacar algo positivo del confinamiento, pero este tiempo en casa es para combatir la enfermedad, no creo que sea para progresar. Hay que mantenerse sano y bien, no vamos a poder hacer un entrenamiento perfecto. Tampoco es el momento de preocuparse por eso.
¿Estáis en contacto con el seleccionador?
Nos envía vídeos con análisis de jugadas y planteamientos tácticos que sí se pueden hacer desde casa. Con el preparador físico hablamos todas las semanas, no todos los días pero sí cada dos o tres días. Desde el punto de vista de la nutrición también nos está ayudando a cuidar los objetivos de cado uno. También material para trabajar la parte mental: algunos podcasts o ejercicios para hacer en casa y que nos va a servir para salir mucho más fuertes mentalmente.
Al no ser profesionales, los costes de los desplazamientos corrían de vuestra cuenta. Este año contábais como novedad con un importante patrocinio, ¿se mantiene con el parón?
Si soy sincero no sé como está la cosa. Lo último que sé es que está con nosotros, que nos apoya y que la inversión sigue ahí. Es cierto que han cambiado los plazos y que al necesitar más desplazamientos, más concentraciones... eso supone más gasto, pero será algo que tendrán que gestionar. Supongo que la junta se reunirá con los patrocinadores y se hablará. Pero vamos, nosotros vamos a seguir entrenando aunque sea de nuestro bolsillo. Lo hemos hecho antes y no vamos a dejar de hacerlo ahora.
El fútbol abandera la vuelta de las competiciones deportivas para finales
de mayo, como médico que vive desde dentro todo el proceso, ¿lo ves factible?
Todavía falta mucho yo creo. No es ninguna tontería jugar a puerta cerrada para
evitar aglomeraciones. La vuelta a la normalidad no va a ser de un día para otro, será progresiva. Esto nos va a cambiar la vida para largo. Una cosa es el confinamiento y otra cosa cómo nos tengamos que adaptar. Esta enfermedad ha venido ya veremos si para quedarse o para qué... igual pasa como con la gripe, que todas las temporadas hay que hacer una vacuna y sensibilizar a la población con los riesgos. Lo que sí que parece lógico, mientras vamos recuperando la normalidad, es que los partidos sean sin público.
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Estas historias son las que merece la pena conocer! Bien DMQ bien