¿Qué pasa este curso con las clases extraescolares?
La incertidumbre que reina este curso por el coronavirus COVID-19 se extiende también a las clases extraescolares, que no solo suponen una actividad lúdica para los alumnos, sino también un recurso esencial de conciliación para las familias, pero sobre las que hay dudas acerca de cómo se van a llevar a cabo.
Y es que para empezar no en todas las comunidades van a celebrarse como, por ejemplo, en Asturias o Navarra, donde el curso comenzará sin extraescolares mientras en Cantabria o en Aragón la decisión se tomará más adelante en función de cómo avance la crisis sanitaria del coronavirus.
El Gobierno señala que los alumnos solo acudirán a actividades extraescolares si se pueden garantizar las medias de seguridad acordadas con las comunidades para evitar los contagios en los centros.
Pero la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), Leticia Cardenal, asegura a Efe que, a nivel general, "la cosa está complicada porque las administraciones no se quieren arriesgar y no van a poner facilidades" para que las extraescolares puedan comenzar.
Así se lo han trasladado miembros de Ceapa de distintos territorios a Cardenal, quien también incide en que como hay tanta incertidumbre "de repente una cosa vale pero mañana ya no porque han sacado otro decreto".
Ayuda a la conciliación de las extraescolares
La Ceapa siempre ha mantenido, prosigue Cardenal, que las extraescolares son "para ayudar a conciliar más allá de que el niño pueda hacer cosas que le gustan", con lo que si no se ponen en marcha será "un contratiempo" y "dificultará mucho" el día a día de las familias.
No obstante, hay comunidades en las que de momento todo apunta a que van a desarrollarse, como Cataluña, Canarias o Madrid. Las extraescolares son servicios que en los colegios públicos son contratados por las asociaciones de madres y padres de alumnos, las ampas, que en algunos casos ya están informando a los padres de que al menos al principio de curso no se van a realizar. Otras ampas ya han contratado los servicios y confían en que puedan comenzar.
Adaptación a los protocolos
Abraham Marina, es el fundador de Dinamo Actividades Extraescolares, una de las muchas empresas que hay en España dedicada a proveer estos servicios educativos y de ocio, en su caso en la Comunidad de Madrid, donde trabaja en cerca de 80 centros, la mayoría públicos, según cuenta a Efe.
Reconoce que "claro que hay preocupación" entre familias y direcciones de centros por el coronavirus, pero en su caso no han notado que haya descendido la demanda, y que su empresa lleva meses preparando y adaptando a los protocolos de seguridad, incluso se contempla la virtualización de muchas actividades.
"No hemos detectado que las direcciones de los centros prevean la eliminación de las actividades extraescolares y de ampliación de horarios", dice, además de enfatizar: "La demanda sigue siendo la misma".
A su juicio, las familias necesitan esos servicios, que son "esenciales" para la vida de un centro escolar y también para que los padres concilien con sus trabajos. "Llevamos desde marzo esperando que nos permitan prestar servicios y hemos montado campamentos de verano que se han realizado con éxito y sin ningún positivo", afirma Marina.
"Hemos adaptado los servicios para los escenarios establecidos por la consejería de Educación para cumplir con las ratios y con los protocolos de seguridad, y colaboramos con otras empresas como proveedores de servicios de comedores y rutas de autobús que nos han solicitado personal extra para duplicar los servicios en caso de que sea necesario", señala Eduardo González, técnico de centros de Dinamo.
Desde la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Giner de los Ríos, su presidenta, María Carmen Morillas, defiende, cuenta a Efe, el desarrollo de las extraescolares porque es evidente que son "una herramienta que la familias utilizamos para poder conciliar". Lo contrario es "negar la realidad" apunta.
"El que no se puedan hacer supondría un problema muy grande para la sociedad", sostiene Morillas.