Elena Peláez y Ana Romero: del césped al hospital, sanitarias contra la pandemia

Uno de los trabajos que más difícil lo ha tenido en el momento álgido de la pandemia por el coronavirus en España ha sido el del ámbito de la sanidad. Son los que han sufrido de primera mano los duros envites de este problema que ha azotado al mundo entero como si fuera un tsunami. Y ahí se han visto dos mujeres que, además de dedicar su vida al fútbol profesional, se esfuerzan por ayudar a sus pacientes, cada una de una forma distinta. El viaje de ElDesmarque e Iberdrola realiza en esta ocasión un pequeño viraje para hablar con Elena Peláez, árbitra de la Liga Iberdrola y matrona en un hospital de Palencia, y Ana Romero, exjugadora -desde el pasado mes de julio- del Real Betis Féminas y médica. #EllasValenOro, también fuera del césped.

Elena Peláez tiene 25 años. Quiso ser árbitra desde los 12, cuando iba con su padre a ver muchos partidos de fútbol. Lo de la enfermería le llegó más de rebote: no quería dejar el arbitraje ni la familia y buscó algo que pudiera estudiar sin salir de casa. Más tarde se dio cuenta de que quería especializarse, por lo que se sacó el EIR y cogió una plaza de matrona: "Estoy encantada con la decisión", reconoce. Así, pasa de dictar sentencia sobre el césped, a ayudar a las madres a traer al mundo a sus hijos cuando está en el hospital.

Ana Romero (también conocida como 'Willy'), por su parte, nació en Sevilla en 1987. Su trayectoria en el fútbol es extensa y ha pasado por clubes de la talla del FC Barcelona, el Ajax de Ámsterdam y, en última instancia, el Betis. Al mismo tiempo ha compaginado su carrera deportiva con sacarse la carrera de medicina -en tres universidades distintas-, una pasión que albergaba desde que tenía 8 años, cuando su abuela murió de cáncer y ella decidió que "quería hacer lo posible por intentar curar" esta terrible enfermedad.

Tras más de una década como profesional, la campaña 2019/2020, que se cortó abruptamente por la pandemia, iba a ser la última de Ana como futbolista. Y, aunque su idea era volver a estudiar el MIR porque en la última convocatoria no sacó la plaza que quería -cirugía, para ser más concretos- a pesar de haberlo aprobado, al final se ofreció para entrar en la bolsa de empleo tras colegiarse, por si fuera necesaria su ayuda durante la crisis sanitaria. Y la llamaron.

Elena y Ana nos cuentan cómo ha sido trabajar en un hospital durante la grave situación que hemos atravesado. Y no sólo eso: también nos hablan del regreso de la Liga Primera Iberdrola y del futuro del fútbol femenino.

Una experiencia complicada y afectiva

Ambas han vivido al pie del cañón los meses más difíciles de la pandemia. En el caso de Elena, sin embargo, a pesar de los escollos a los que se ha enfrentado en la zona de maternidad -como futuras madres con posibles positivos-, la experiencia le ha dado la oportunidad de ver "otra parte de la pandemia un poco más bonita". De hecho, se tomaba su trabajo en el Hospital Río Carrión como una "vía de escape" en esos meses en que estuvimos encerrados.

Para Ana, no obstante, ha sido un poco más complicado. Solicitaron su ayuda desde el área de Urgencias de Sevilla, donde la exdelantera estuvo trabajando en ambulancias. Era su primer contacto con el mundo laboral médico y reconoce que le daba "un poco de respeto".

"Debíamos tener todas las medidas de protección cuando había, porque no siempre teníamos. Entrábamos en casas y teníamos miedo de no contagiar a los pacientes que veíamos. A veces íbamos con bolsas de basura", recuerda la sevillana. Aun así, insiste en que se lo tomó como algo positivo: "Es lo que nos gusta, ayudar a las personas".

Tras estos meses, ambas tienen un mensaje para los que siguen sin ponerse las mascarillas o sin respetar las distancias de seguridad: "La gente que no es consciente del problema, se lo tiene que hacer mirar. No nos supone tanto esfuerzo lavarte las manos y mantener las distancias. Si no lo hacen por ellos, que lo hagan por la gente que quieren o sus conocidos. Porque esto, de una manera o de otra, a todos nos afecta", resalta Elena. "La gente que sigue sin hacerlo son unos irresponsables y unos egoístas. No es un sacrificio muy grande llevar una mascarilla. Aunque creamos que hemos recuperado la vida de antes, no es así y tenemos que seguir haciendo estos pequeños esfuerzos porque sirven para mucho al final", indice Ana.

La Liga Iberdrola, una apuesta de futuro

Una como colegiada y la otra como ya exjugadora, tanto Elena como Ana han vivido en primera persona el crecimiento del fútbol femenino en España. Y, aunque aseguran que todavía quedan pasos por dar hacia la profesionalización, son conscientes del gran cambio que se ha dado en los últimos años.

"Desde que me fui de casa, tuve la suerte de poder estar viviendo del fútbol", reseña Ana. "Actualmente hay equipos donde las jugadoras pueden ser profesionales, aunque no todas, que es el camino que tenemos que seguir recorriendo, que todas tengan buenas condiciones", recuerda, haciendo hincapié sin embargo en que "el problema es que una vez acabado el fútbol, ¿qué haces?". Y su respuesta es clara: "Tienes que formarte también". Por eso son tantas las futbolistas que compaginan estudios o los inicios de sus etapas laborales con sus carreras deportivas.

Algo parecido le sucede a Elena, que sabe que en el colectivo arbitral femenino también son muchas las que duplican sus tareas. No obstante, comparte el punto de vista de la sevillana: "Estoy de acuerdo en el crecimiento del fútbol femenino. Es claro y evidente", pero insiste: "Ojalá en un futuro podamos tener dedicación exclusiva".

Ella se siente afortunada porque sus compañeros de trabajo le permiten continuar con su carrera arbitral a pesar de la dificultad para cuadrar los turnos del hospital con los partidos y los viajes: "Trabajas fines de semana, noches, festivos… Yo al final siempre tengo que tirar de favores y cambios de turno, tengo mucho que agradecer a mis compañeros de hospital. Como árbitra, el tema de los entrenamientos los puedo mover un poco más. El tiempo me lo organizo a mi manera. Pero las futbolistas que tienen un horario cerrado de entrenamiento lo tienen más complicado".

Y Ana añade: "Si te gusta, te compensa el sacrificio y la dedicación. Pero tiene que ser algo que te guste mucho y que estés dispuesta a sacrificarte para poder hacerlo. El rendimiento, para las jugadoras que tengan que hacer otras cosas para seguir viviendo, disminuye. No queremos llegar a cobrar igual que en los equipos masculinos porque es inviable, pero sí que sean condiciones óptimas para que las jugadoras puedan ser profesionales".

Ellas seguirán peleando desde sus respectivas posiciones para que el fútbol femenino, que está previsto que regrese el día 4 de octubre, continúe creciendo. Y desde sus otros terrenos de juego, velarán por la salud de las futuras madres y sus bebés y por los pacientes que entren en quirófano. Como para no sentirse orgullosas de sí mismas.

Las anécdotas de Elena y Ana

Pedimos a Elena y a Ana que nos contaran en ElDesmarque alguna anécdota relacionada con su carrera deportiva que, aunque en el momento supusiera un mal trago, ahora les hiciera reír. Y no dudaron ni un momento.

Ambas eligieron dos experiencias que recuerdan entre risas y que ayudan a conocer un poco mejor su personalidad fuera de los terrenos de juego.