Marta Galimany: una vida de maratón para hacer historia en Tokio

Correr. Correr con paso firme, correr como si tus pies no tocaran el suelo, correr buscando la meta -literal y figurada-. De eso sabe mucho y bien Marta Galimany, una atleta que, a sus 35 años, logró la mínima olímpica de maratón y estará en Tokio el próximo verano. Corriendo por ella, para superarse a sí misma y para hacerse un hueco en la historia del atletismo español. De kilómetros, de inspiración y de esta forma de vida hablamos con esta catalana en el tándem de ElDesmarque e Iberdrola para evidenciar que #EllasValenOro.

Marta nació en Valls y sus primeros contactos con el deporte fueron en una cancha de baloncesto. Pero cuando empezó a estudiar Ambientología en la universidad descubrió el apasionante mundo del running. "Podía practicarlo sin depender de otra gente y me gustaba", recalca antes de recordar que su carrera ha sido progresiva.

Y tanto: fue plata en la media maratón de los Juegos del Mediterráneo (2018), 16ª en el maratón del Mundial de Atletismo de Doha (2019) con plaza para Tokio a expensas de lograr la mínima olímpica, que logró en Sevilla en febrero de 2020. Además, tiene el actual récord de España de la hora en pista, con una marca 17.546 metros.

No podía haberlo definido mejor: empezar a correr a los 20 años ha provocado que sus logros lleguen en una etapa que se suele considerar de madurez para los atletas, pero en la que Marta Galimany ha conseguido algo que ni ella misma imaginaba: la marca mínima para disputar los Juegos Olímpicos. "Si te soy sincera, cuando hace tres años anunciaron la mínima olímpica, me asusté con las 2:29:30, me parecía muy difícil. Y luego vas mejorando y al final lo conseguí", confiesa.

Ahora, tras casi hacer historia en el Maratón de Valencia y quedarse a seis segundos de batir el récord de España femenino, que lleva vigente 26 años, Marta se prepara para hacer un buen papel en Japón, sin ponerse límites y pensando en el día a día.

Un secreto y el reconocimiento

Marta Galimany nos confiesa su secreto para mejorar año tras año sus propias marcas y objetivos: "No hay ninguna pócima. Hablo por mí, cada uno tiene sus maneras de entrenar. Para mí, el secreto ha sido la constancia. No he tenido lesiones ni nada que me haya apartado de los entrenos y recibo mucha motivación con mi entrenador y la gente que me apoya".

Su continua mejora le ha otorgado reconocimiento por parte de la comunidad de atletas, tanto profesionales como populares. No obstante, la atleta catalana le resta importancia: "Para mí, el atletismo siempre ha sido una afición, es mi pasión. Que se reconozca es bonito, pero yo nunca lo espero. Soy feliz mejorando mis marcas y compitiendo conmigo misma. Esperar que te reconozcan desde fuera no es lo que a mí me motiva a seguir. Cuando recibes alguno, te hace ilusión y te motiva, pero a mí me gusta mucho lo que hago y me centro en mí y sigo mi camino".

Sin embargo, es consciente de que sus pasos ayudan a darle un hueco importante al atletismo femenino: "Antes no pensaba en eso y me centraba en mí, pero sí que vi que, en el Maratón de Valencia, que yo anunciara que iba a intentar salir a ritmo de récord, creó foco mediático. Y me gustó porque ya no se hablaba sólo de los chicos, se centraron también en la carrera femenina, que es importante. Si podemos aportar pequeños granitos de arena en eso, ahí estaremos".

De igual manera, cree que la moda de los runners afecta de forma positiva a que el atletismo adquiera notoriedad pública: "En el fondo, que haya una buena base de corredores populares ayuda al profesional porque ven que hay atletas que se dedican a lo que les gusta y se aficionan más. Creo que ganamos todos. En una misma carrera podemos coincidir todos y el ambiente es muy bonito".

Presente y futuro, conciliación y profesionalidad

Hasta diciembre de 2020, Marta Galimany ejercía a media jornada como ambientóloga. "Eran cuatro horas al día que me salía de mi rutina de atleta y me centraba en trabajar", reconoce. Pero desde el pasado mes de enero, la catalana es ya "atleta profesional".

Con 35 años, no piensa en su retirada ni en un futuro que vaya más allá de los Juegos Olímpicos de 2021, pero en su mente sí hay un objetivo: "Mejorar mi rendimiento año tras año y con esta idea yo sigo adelante. ¿Cuándo terminará? No lo sé. Mi visión es poder correr toda la vida, sea al nivel que sea, pero por ahora miramos el futuro próximo que es Tokio. Pero luego también tengo muchísimas ganas de 2024, con vistas a París".

Es consciente de que su trayectoria se prolongará lo que su cuerpo le permita, ya que las carreras de larga distancia son un gran desgaste físico continuo, pero de momento lo tiene bajo control y las lesiones le han respetado: "Creo que el deporte de élite no es deporte-salud como el de la mayoría, entrenamos muchas horas. Mi manera de entrenar es acumular muchos kilómetros pero controlando la intensidad".

Por eso su preparación diaria para Tokio consiste en ir poco a poco y por ahora va sin molestias, que cree que "es lo fundamental". Adapta sus entrenamientos a las restricciones sanitarias de cada momento y cada lugar. En estos momentos se encuentra en los Pirineos franceses haciendo concentración de altura y antes de las 18.00 horas -el toque de queda en el país vecino- ya ha realizado su entrenamiento, gracias a que se levanta a las 06.00.

"El año 2020 ha sido de adaptarnos a lo que ha ido sucediendo, porque ha sido muy difícil para toda la sociedad. Yo tengo a Jordi, que es mi entrenador y mi pareja, y ha estado siempre motivándome. Salió todo casi mejor de lo que habíamos planificado", resalta.

Marta Galimany tiene ahora ante sí la carrera más importante de su vida y tratará de dejar un buen sabor de boca en Tokio. Correrá, con alas en los pies, en pro de un hueco en el olimpo del atletismo español.

El test de preguntas rápidas de Marta Galimany

Aunque lo suyo son las carreras de fondo, a Marta Galimany no se le da mal la velocidad, como demuestra con el test de preguntas rápidas de ElDesmarque con el que nos permite conocerla un poco mejor. Su plato favorito, una película que le despierta las emociones o el deseo que cultiva en los últimos años. Todo, en el vídeo inferior.