Contra las leyes del Universo
Los tres galardonados con el Premio Nobel de Física han realizado una investigación cuya conclusión es rotunda, no sabemos nada del Universo y, además, a este ritmo, cada vez sabremos menos, porque no para de expandirse y a un ritmo mucho más alto del que se conocía. Algo inquietante, sin duda, y empequeñecedor. Realizando un gran ejercicio de banalización y cinismo, nuestro universo futbolístico es radicalmente contrario al real. Mientras el Universo crece y crece, se expande, nos muestra tan solo un 5% de su inmensidad, el panorama de los equipos sevillanos es radicalmente contrario. No solo no se expande, sino que se comprime, cada vez ofrece menos. Se refuerza en lo que ya conocemos y se aleja del crecimiento.
Especialmente antinatural es el desarrollo del Sevilla. Justo cuando se esperaba el 'biga bang' del conjunto de Marcelino, resulta que se ha comprimido toda su energía, que se ha empequeñecido hasta ser restrictiva. El equipo no crece en ataque, se mantiene en defensa y sus virtudes siguen siendo sus virtudes y sus defectos no se pulen. Lo que está más allá de lo que ha mostrado el Sevilla, no se conoce, ahí sí que coinciden las teorías científicas con las futbolísticas. No se sabe si habrá algo más por donde crecer, no se sabe qué más nos puede ofrecer el conjunto de Marcelino. Quizás todo dependa de la aparición de sus estrellas, las supernovas Negredo y Kanouté, y no haya más, salvo un equipo fuerte defensivamente y unos delanteros certeros y de gran nivel.
El Betis tampoco crece, tampoco se expande. Se mantiene en sus parámetros, no gana, ya no pierde, pero sigue ofreciendo en cada encuentro un abierto abanico de posibilidades en el que prácticamente tiene las mismas opciones de ganar que de perder, más lo segundo, a tenor de los resultados. Pero tampoco parece que haya mucho más allá. Es un equipo un tanto anárquico en el desarrollo de los partidos que, tal y como está estructurada la Liga, probablemente gane lo suficiente como para manterse, precisamente porque ganará en teoría más partidos que muchos de los equipos de la zona baja.
Pero en ambos casos conviene ir concienciándose de las limitaciones de unos y otros, de lo poco, o mucho, que pueden abarcar en este universo de la Liga española. Las estrellas son las que son, los agujeros negros, también. La capacidad de expansión parece que es exclusiva del Universo.
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