El PAN supera los 600 goles esta temporada
Una de las virtudes del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer, además de su férrea defensa, es su potencial goleador, con el que está batiendo los récords de las últimas temporadas. En la actual campaña, después del partido de Tenerife, ha superado la barrera de los 600 goles en 19 partidos, con Sergio Cruzado como máximo goleador al alcanzar los 120 tantos.
Colectivamente las cifras del Pedro Alonso Niño también son muy buenas con respecto a goles marcados y con 606 ya supera los números de temporadas pasadas. En 19 encuentros el equipo de Moguer acumula 15 victorias, dos empates y dos derrotas, con 606 goles a favor y 510 en contra, lo que supone una diferencia de 96 tantos.
En la anterior campaña, la 2010-2011, el equipo que también entrenaba José Flores marcó 541 tantos, 65 menos, y recibió 472 a estas alturas, lo que supone un balance goleador de 69 goles, también inferior al de este año. En la campaña anterior a ésta en Primera Nacional, la 2008-09, en la que se logró el ascenso a la División de Honor B, el conjunto entonces entrenado por Fernando Castelló alcanzó los 552 goles, 54 menos que los actuales, y recibió 498, siendo la diferencia de 52 tantos entre ambos apartados.
En el plano individual el registro también es satisfactorio. El artillero del equipo es el zurdo Sergio Cruzado, que alcanzó en el último encuentro la cifra redonda de 120 goles en 19 partidos, lo que supone una media de 6,32 tantos por choque. Con estos guarismos es el segundo máximo realizador del Grupo D de la Primera Nacional, sólo superado por el jugador de Benidorm Fernando Latorre Gomis, que en el mismo número de partidos acumula 143 (7,53 de media).
En el ránking de goleadores de toda la Primera Nacional, el moguereño ocupa la posición número 14 de la tabla, que encabeza Ion Rubio Astigarraga (Bigara Pulpo KE), que en 19 duelos lleva marcados 186 goles (9,79 de media).
Cruzado es la referencia goleadora del conjunto moguereño y sus pontentes disparos son un arma letal, virtud que conocen todos los rivales que se enfrentan a los de Moguer. Es por ello que el jugador se ve sometido partido por partido a duras defensas individuales, que pese a su acoso y derribo continuo no terminan nunca de evitar que suelte el brazo con acierto, haciendo honor al dorsal que lleva para hacer un 7 a las mallas de la portería.