El aura de Pepe Mel
El gran beneficiado de la temporada del Betis ha sido, sin duda, el propio Betis. Pero más allá del equipo y del club, la campaña ha dejado en mejor lugar a algunos protagonistas que a otros, y esa composición de lugar va a ser importante como punto de partida del próximo Betis.
El gran vencedor de esta Liga en verdiblanco ha sido, sin duda, Pepe Mel. Ha resistido los envites de los resultados, varias crisis, ha resistido la desconfianza incluso de parte de su propio consejo y ha salido reforzado por la salvación y por el triunfo en el derbi. Es su nombre, y no otro, el que se escuchaba en la grada del Benito Villamarín en el último partido de la Liga ante el Barcelona.
Pepe Mel sale, por tanto, reforzado, muy reforzado de esta temporada, faltaría más. Tanto que ha recuperado su papel de auténtico protagonista en este equipo y en este club, que durante la temporada fue más limitado, puede que incluso oportunamente.
El caso es que, de cara a la próxima campaña, Pepe Mel, adorado, aclamado, el que incluso se ha arrogado y se ha erigido como protagonista en este final de la temporada con su discurso regalado a los oídos béticos, está en la primera línea de los laureles, pero también va a seguir en la primera línea si los resultados no entusiasman tanto.
Cuando el equipo estaba en Segunda, con el club dando tumbos hacia un lado o hacia otro, la piedra básica que no se movió y mantuvo al Betis firme fue Pepe Mel. Y el técnico se fraguó ahí toda su aura espiritual verdiblanca.
El caso es que con lo que vendrá, el Betis, quizás necesite varias referencias dentro del club.
Y la adaptación, tanto en el sentido entrenador-club como en el contrario, no será fácil.
Alguien tendrá que inclinar la rodilla en algún momento si las cosas no son tan de color de rosa. Y el club, con Miguel Guillén a la cabeza, debe estar preparado para eso, para un Pepe Mel en lo bueno y lo malo.
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