Dura caída de Maté, que pierde 13 minutos: "Sigo vivo"
Éste es el terrible autorretrato del malagueño Luis Ángel Maté en la habitación de su hotel de Metz tras acabar la sexta etapa del Tour de Francia. Se cayó en la quinta y volvió a hacerlo en ésta, con consecuencias más graves.
A unos 25 kilómetros de meta, una caída masiva propició que casi la mitad del pelotón fuera al suelo, Maté incluído. 14 corredores acabaron en el hospital tras la carrera, hubo varios abandonos, varios favoritos a la general perdieron opciones (Valverde, Frank Schleck, Hesjedal, Gesink...), Freire acabó con una costilla rota y un pulmón perforado... En fin un cristo. El marbellí del Cofidis llegó a 13 minutos y 24 segundos, en el furgón de cola, con el rostro desencajado y dolorido. El portento eslovaco Peter Sagan conquistó su tercera etapa. A sus 22 años, nadie desde Bernard Hinault en el año 1978 había ganado al menos tres etapas en el Tour de su debut.
Éste es el relato de los hechos en su web: "Eso que el día había empezado bien. La rodilla, que tan fastidiado me tenía ayer, había dejado de molestarme con el calor de la competición. Pero se fue viendo venir. La tensión llegaba al grupo, los equipos enfilaban prematuramente el pelotón, y todos volvimos a querer meternos delante. Sucedieron los primeros incidentes. A poco más de veinte kilómetros de meta nos metimos en una carretera estrecha y se presentía una caída gorda…", relató el malagueño, que cuenta el instante en el que pegó con el suelo: "Y claro, pasó. Por una cosa o por otra, sucedió. Yo rodaba buscando los márgenes de la carretera, pensando escaparme por la cuneta, aparentemente mullida con hierba, en caso de que pintaran bastos. Pero, cuando se caen justo delante de ti, con el cuentakilómetros marcando 70 km/h… Pues no hay nada que hacer. Iba a decir que me fui al suelo, pero en realidad no aterricé directamente contra el asfalto, sino sobre un amasijo de máquinas y personas, bicicletas y ciclistas. Mi Look se enganchó con la Orbea de Mikel Astarloza (se ha tenido que retirar; ¡un abrazo, Mikel!). Y ahí estuve un rato, doliéndome…"
No obstante, Maté sigue vivo y prometiendo guerra: "Pude llegar a meta. Una vez allí, los médicos de la carrera y los de Cofidis, que temían por mi muñeca y mi clavícula, me examinaron y descartaron cualquier fractura o daño grave. Tengo un hematoma en el cuádriceps derecho bastante importante, lo que unido al golpe de la rodilla izquierda que aún arrastro me deja mermado… Mañana, en la primera etapa favorable para mis características, me tocará estar escondido, restañando heridas. Pero sigo vivo, y disfrutando del Tour de Francia".