Los jugadores se quitan el corsé
José Carlos Galván
(Marca)
El Recreativo ha logrado dos objetivos en las dos últimas jornadas. Firmó un partido completo por primera vez en la temporada, según apuntó el propio entrenador, Sergi Barjuan, tras la visita del Villarreal al Nuevo Colombino (2-0). Y, a la semana siguiente, ganó por primera vez un encuentro fuera de casa. Fue en el Mini Estadi de Barcelona (2-3). Son, sin duda, dos hitos importantes en el transcurso de una campaña. Con ambos, el Decano está en zona de promoción a Primera. Llevaba más de tres años sin situarse ni en puestos de ascenso, ni directo ni indirecto.
Amén de la importancia de estas dos victorias, el denominador común en los dos partidos es que el Recreativo de Sergi fue menos de Sergi que nunca. Frente al Villarreal no tuvo reparos en ceder el balón al contrario en muchas fases del encuentro y en alternar un juego combinativo con otro directo no menos vistoso y exitoso. En Barcelona ganó al contragolpe, esperando y aprovechando los fallos del rival, sin más misterio que el robar y el correr.
Sergi ha advertido por activa y por pasiva que el estilo es innegociable. Los jugadores han entendido con el paso del tiempo, o al menos así lo han demostrado en sus dos últimas actuaciones, que lo innegociable es la competitividad.
Alexander puede robar un balón en tres cuartos de campo a irse directo a la portería a marcar. Claro que sí. También tiene licencia para hacerlo Jóntahan Valle, como ya lo ha hecho. Y el resto de jugadores. Quizá Sergi ya ha había pedido a su equipo con anterioridad a estos resultados un poco de improvisación. Hasta hace 15 días, sin embargo, a los obedientes albiazules les costaba saltarse el guion por el culto al mismo pregonado por su entrenador.
La creatividad no se programa, en todo caso se ordena. La inspiración se procura, pero no se dicta.