Desolación o Conquero
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Lo peor de la temporada no son estos batacazos que descolocan a todo el mundo, Barjuan, y jugadores incluidos. Las derrotas entran hasta dentro de lo previsto; ni un hipotético final de curso apretado –esperemos que no- sería lo más negativo de este año. Lo más triste de todo es la imagen de la grada: pura desolación, un vacío día tras día que daña a la vista.
Es evidente que el equipo no engancha, pero es que tampoco engancha el club, que es mucho más preocupante siendo el club que es y representando lo que representa. Y por mucho que se trabaje –que me consta- en otras parcelas, o se recupera un nivel mínimo de apego con los abonados, con la ciudad y con la provincia o esto va a ser el desierto de Gobi pero junto al Odiel, y no hay que ser el primo de Einstein para saber que sin respaldo no hay futuro. A menudo me tienta el escribir ‘hagan un pequeño esfuerzo y vayan al fútbol’, pero con la que está cayendo ahí fuera pedirle a alguien que se gaste el dinero en algo como esto me daría hasta vergüenza. Que esa ayuda salga motu proprio sería el gran éxito de los actuales dirigentes más allá de ascensos, play-offs o florales ‘tiki-takas’.
Y es justamente eso, el cariño y el apoyo real, lo que ha logrado la familia del Conquero tras mucha sangre, mucho sudor y muchas lágrimas. En el Estada hoy ya no vibramos con la astucia de Pepón Artiles, ni con la clase de Mincy, ni con las manos de oro de Zalvide o Rojas, ni con la zurda de Manolo Piña, ni con la defensa al límite de Micky Llorens. Hoy son las Alonso, Germán o Mirchandani las que siempre ganan allí aunque el marcador diga lo contrario. El Conquero lo ha logrado a pesar de estos tiempos de guerra. De sombrerazo, de auténtico sombrerazo.