Emery vs Plantilla
El Sevilla de esta temporada ha arrancado a paso de tortuga. Sus zancadas en la Liga Europa son más grandes, quizás porque ha cogido más confianza, pero en el torneo doméstico su ritmo es irregular y su evolución, más lenta. Buscando las razones, el porqué de este en exceso parsimonioso avance, se vislumbran algunos palos en la rueda sevillista.
La cuestión es si mirando el futuro el equipo irá acumulando más obstáculos para su rueda o, por contra, si se va desprendiendo de ellos para coger más velocidad.
Y esto nos lleva irremediablemente a una comparativa que se ha instalado en el sevillismo, en sus comentarios (nuestro medio es un claro ejemplo), en sus opiniones. ¿Está sacando Emery rendimiento a su plantilla? ¿Está la plantilla por encima de la labor del entrenador? ¿Tiene por contra el técnico una plantilla sobrevalorada? ¿Están a la altura una buena plantilla y un buen entrenador y el secreto está en la paciencia y en el aristotélico punto medio de la evaluación?
Lo cierto es que Emery ha llegado al Sevilla, como bien recordó José María del Nido, con un currículum a sus espaldas prácticamente iniguablable en sus predecesores, solo quizás por Gregorio Manzano. Hizo del Valencia el mejor equipo entre los mortales, lo consolidó en la Liga de Campeones aun desprendiéndose de sus estrellas año tras año, rindió por encima de las posibilidades en el Almería y en el Lorca, y su mayor fracaso fue el del año pasado con el Spartak de Moscú. Además se le reconoce cierto manejo del grupo, buen trato psicológico y como buen estratega.
En el equipo hispalense son más sonoros sus errores, algunos incluso reconocidos, pero tiene en su haber consolidar el crecimiento de Alberto Moreno, la progresión de jugadores como Jairo y en los últimos partidos Diogo, el máximo rendimiento de Rakitic, un buen rendimiento como local y algunos momentos fugaces de equilibrio, demasiado fugaces y poco continuados. De hecho por esa irregularidad vienen también sus errores, algunos reconocidos. El equipo no se consolida, tiene poca continuidad, Emery no ha dado aún con un sistema concreto que ofrezca buenas prestaciones y el manejo de los cambios deja que desear a la luz de la crítica.
Llegados a este punto insistimos en la reflexión. ¿Está Emery ofreciendo peores prestaciones que sus jugadores, está equivocándose más de la cuenta, está por debajo del nivel de su plantel, lo atenaza más que lo mejora?
Debemos poner la lupa, pues, en la otra parte de la pata del análisis, el plantel, los jugadores. No hay duda de que el Sevilla ha ganado en profundidad de la plantilla, en extensión y en competitividad. ¿Pero ha ganado proporcionalmente en calidad? ¿Gana el Sevilla, por ejemplo, en el cambio de Navas, Negredo, Kondogbia y Medel por Gameiro, Marin, Iborra y Carriço, por ejemplo? Conviene recordar además que Vitolo debuta en Primera; Jairo apenas lleva unos partidos en Primera y tiene más futuro que presente; Bacca promete, pero viene de una liga menor, como la belga; Carriço llega tras una temporada casi en blanco; M'Bia de un rendimiento vulgar en el descendido en Inglaterra QPR; Iborra era codiciado, pero del undécimo de la Liga, el Levante. No es cuestión, ni mucho menos, de minusvalorar a los futbolistas del Sevilla, ni de restar su valor. Pero sí de situar en su justa medida su nivel en estos momentos y su estado dentro del equipo. Conforme a ese nivel y a esa medida se le podrá exigir rendimiento al equipo, y se le podrá exigir rendimiento al entrenador. Lo que sí hay que exigir, a unos y otros, es crecimiento.
Quizás, solo quizás, para que llegue ese ansiado crecimiento, para que dé lugar, haya que tener paciencia y aplicar la lógica más allá del pesimismo y el optimismo que varía en función de un remate en un segundo de un partido. Quizás haya que sobreponerse a las tendencias y reafirmar una decisión, la confianza, por encima de circunstancias puntuales. Y quizás haya que insuflar además aires de naturalidad en grandes dosis al equipo, desde las altas esferas principalmente. Lógica, naturalidad, paciencia, ingredientes fundamentales de cualquier proyecto y que en el fútbol, desgraciadamente, faltan. Es hora de aplicarlos en el Sevilla.
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