Así fue la Ultra Trail “Gran Vuelta Valle del Genal"
Todavía quedaba un buen rato para que empezara a clarear el día en Benarrabá (Málaga), un pueblo enclavado en el mismo corazón del Valle del Genal y desde donde este año tenía su punto de partida y su meta la Ultra Trail “Gran Vuelta Valle del Genal”.
El sábado 25 de octubre amaneció de forma diferente. La temperatura casi primaveral y el olor a leña dio paso a olor a réflex, crema anti inflamatoria y bebida isotónica.
A las siete de la mañana ya estaban listos los quinientos corredores que han participado en esta edición (que ha duplicado participación respecto a 2013). La salida en la prueba individual fue muy rápida, desde el minuto uno el ritmo fue tremendo y ya al avituallamiento de ”Las Corchas” (km 18,5) llegaron juntos a ritmo de fórmula 1, Carlos Gómez, que a la postre se retiraría en Parauta, en compañía de Manuel Anguita. A un minuto de Anguita y Gómez progresaban Dorian Ribas y Paco Pazos. Juanma Cortés, el ganador de la edición anterior ya perdía en ese punto casi tres minutos respecto al grupo de cabeza. Por detrás un rosario de corredores donde se ubicaba a todos los favoritos.
Esther Córdoba lideró la carrera en féminas, aunque durante el primer sector tuvo una férrea vigilancia de Silvia Hidalgo, que no pudo aguantar el ritmo de la gaditana Córdoba Bertón y que a la altura de Alpandeire cedería la segunda posición a favor de su tocaya Silvia Marfil.
Por equipos parecía desde el principio que el “IronTriath Drinks&Co” volvería a imponer su fortaleza en esta segunda edición, a pesar de que David Navarrete le metió 3 kms de más al cuerpo por un error llegó a dar el relevo con una ventaja que, a priori, se antojaba como suficiente a Antonio Santos Orihuela. Pero una bajada de tensión le hizo perder media hora al “Irontriath Driks&Co” que propició ceder ese tiempo al “EPIS Guadix” y “El Lado Oscuro” que venían a la zaga y que después de este avatar de carrera pasaron a ser 1º y 2º clasificados, puestos estos que se mantendrían hasta el final de la carrera en Benarrabá.
La madrugada del sábado (con cambio de hora incluido) y la mañana del domingo fueron muy largas para todos los corredores. La subida al Jardón, el cortafuegos hasta Genalguacil y la bajada técnica de los Riscos de Cartajima hasta Júzcar por el barranco de Majales fueron los sectores de los que más se habló en línea de meta por su dureza y nivel técnico. De igual manera todos los corredores destacaron el buen hacer de la organización y especialmente de los voluntarios y ciudadanos de todos y cada uno de los pueblos por los que pasó esta prueba deportiva. Las palabras de aliento en el momento perfecto, el caldito caliente, el buen trato, la animación y el cariño demostrado fueron el denominador común para los participantes.
Y es que una carrera que alarga 32 horas en el tiempo da para muchas historias y anécdotas bonitas, como la que le ocurrió al corredor Ezequiel Ruano que es celiaco y necesita tomar alimentos libres de gluten. Cuando Ruano llegó a Faraján pensó que allí tendría su bolsa para la cena, pero dicha bolsa estaba depositada en el avituallamiento de Atajate. Para los vecinos del pueblo aquello no supuso ningún problema, puesto que rápidamente se pusieron en contacto con una vecina que tenía hijos celiacos que preparó una tortilla, pan especial sin gluten y una cena que le ayudó a Ezequiel a recuperar fuerzas para continuar con la carrera.
En la ceremonia de entrega de premios, el domingo al mediodía, se entregaron cucharros fabricados con corcho, castañas del Valle del Genal y la ceremonia fue interrumpida para, a las tres de la tarde, entregar al último participante en hacer meta las “Llaves del Valle del Genal” que resultó ser un corredor de Córdoba, Israel Roca, que hacía la carrera con fines solidarios y que destacó la ayuda de un voluntario sin la cual dijo “no hubiera llegado nunca a Benarrabá”.