No todos somos Villar
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Otra vez estamos a vueltas con el himno o, mejor dicho, con el respeto al himno, un pleonasmo que en cualquier país más o menos normal no haría falta utilizar jamás pero que en esta tierra de maricomplejines nos vemos obligados a usar cada cierto tiempo y, por supuesto, por culpa de los protagonistas de siempre; sí, son esos que, sin embargo, siguen teniendo la simpatía, digan lo que digan y hagan lo que hagan, de gran parte del resto de España, aunque medien insultos y desprecios continuos por su parte. Hay cosas que nunca lograré entender.
Entre tanto idiotismo fanático (camuflado en fanatismo futbolero) fueron casualmente aficionados canarios del mundo de la canasta, hace unas semanas, los que pararon los pies a algo así como un millar de lerdos que, en la final de la Copa del Rey, silbaron el himno de España. Así de respetuosos son los seguidores radicales del Barcelona, como lo son los radicales del Athletic y como lo son tantos otros. Esos canarios, con aplausos atronadores mientras los listos silbaban, les dijeron algo así como “en vuestro hogar haced los que os venga en gana pero en nuestra casa no, lumbreras”. El resto del personal, algo timorato al principio, terminó secundando la acción. Fue una lección de clase ante los cuentistas que pierden media vida llorando y la otra media exigiendo respeto por sus -en la mayoría de las ocasiones, inventadas- señas de identidad. O sea, yo a ti te respeto mientras tú juegas a la independencia, insultas a mi himno, a mi gente y a mi país, claro. Lo siento, pero no todos somos como Villar.
Hay muchos (cómo no) que tachan de extremistas a políticos o dirigentes que dicen alto y claro lo que otros piensan y no se atreven a decir, eso de que si no respetan el himno que, por un lado, no jueguen esa competición (nadie les obliga) y, por otro, que se suspenda el encuentro. Dicen que esta última medida sería “dictatorial y antidemocrática”. Ya. A países tan ‘antidemocráticos y dictatoriales’ como Francia, Estados Unidos o Inglaterra este problema les duraba 5 minutos. Lástima que aquí cada vez haya menos gente digna y coherente. Por fortuna, esos canarios lo fueron.