Diseñado por el enemigo
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Lo mejor del desastre en el que han convertido al Decano es que lo han puesto fácil: todo el mundo sabe -y el que no, que vaya al psiquiatra- a quiénes señalar. Es posible que incluso algunos de los responsables tengan lista la penúltima justificación del asunto, pero oigan, cojan sus explicaciones y sus excusas y guárdenselas donde buenamente puedan. Gracias.
Tener asumido el descenso desde hace tiempo es una ventaja pero no un consuelo, porque lo que es doler duele lo mismo. Y lo peor no es bajar, que le puede pasar casi a cualquiera; lo incalificable es la imagen de verbena que se ha dado día tras día, año tras año. Se empieza con un entrenador largándose en medio de una autovía, se sigue con el desprecio a todo bicho viviente, se ridiculiza la camiseta del Decano, a los abonados que reclaman lo prometido, se obliga a vivir sin aire...y se termina pasando a la historia pero por todo lo contrario de lo que se pensaba. Y eso sin contar con el maravilloso 'estilo Barcelona' que se iba a implantar y que nos iba a llevar al paraíso con otro ‘superlisto’ al mando. Aburría hasta a las golondrinas y se tiró al estercolero una oportunidad histórica, pero claro, la culpa también fue del pueblo por no entender nada, faltaría más. Caso aparte merece el papelito del otro socio de Gildoy en el club, escondido desde hace años. En fin.
Yo aún no descarto que esta noche, mañana o pasado se saque un comunicado anunciando otro 'principio de acuerdo'… pero no con un ‘gran inversor’ ni con Hacienda, sino con el diablo, porque ni nuestro peor enemigo diseña un lustro tan ridículo como este último. No sé si será el Trust, el Consistorio o un loco el que tire del carro para intentar salvar esto pero, si este club no muere, ahí estaremos los poquitos de siempre para apoyarlo. Eso sí, habrá que espantar a los genios y a las mentes privilegiadas que traten de acercarse por aquí, que ya sabemos cómo terminan los numeritos de los que siempre miran por encima del hombro. Mejor volver a ser extremadamente humildes, estemos donde estemos, que la dignidad y el orgullo no dependen del dinero. Lástima que algunos no quieran entenderlo.