Rubén
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Me da la impresión de que si hubiera nacido más allá de Despeñaperros, se hubiera criado en la cantera de uno de los grandes de España o si su llegada al Decano se hubiera producido por pura casualidad todos estaríamos dándole a Rubén mucha más bola de la que le damos. Pero el cancerbero del Recre es de la tierra así que, como casi siempre ocurre por aquí, lo tendrá el doble de difícil para que le reconozcamos su valía. Y no será precisamente porque no haya salvado goles y puntos en lo que llevamos de curso.
Ya en la desastrosa pasada temporada dijo claramente "aquí estoy", cuando le sacaron al ruedo ante miuras de cuidado, y siempre dio la talla. Como es normal falló en ciertas ocasiones, ha errado este curso y no rendirá a la perfección siempre, pero el saldo que presenta hasta hoy es más que positivo. Esta campaña, desde luego, ha evitado tantos de todos los colores, en todos los ángulos y de todas las formas posibles y, lo que es igual de importante, empieza a ofrecer una seguridad a la defensa y a la grada que es básica para que el equipo pueda crecer; si es que el Recre fuera capaz de crecer, que debería serlo.
Mientras solemos ponerle con facilidad la alfombra roja a los de fuera pese a haberles visto dar apenas tres carreritas demagógicas, a los que tienen el DNI onubense les pedimos más de lo debido y les aplaudimos y apoyamos menos de lo que se merecen. Demasiada exigencia con los Fidel, Villar y compañía y demasiada benevolencia con el resto por su cara bonita. Con la que está cayendo valoremos a los Zambrano, Domínguez, Manu y demás, que a veces pensamos que todo lo que venga de lejos nos dejará con la boca abierta y, como hemos comprobado últimamente en el césped, en el banquillo y en el palco, no es oro todo lo que reluce. Y cuidemos a gente como Dani Molina, que calidad tiene en sus botas como para merecer más paciencia; de muchas más oportunidades que él gozaron otros que se han reído del escudo día tras día con nuestra complicidad. Que luego pasa lo que pasa: se van, triunfan… y a lamentarnos: en eso sí que seremos siempre de Primera.
