Huracán CF, un gigante con pies de barro

Lavando la ropa en casa, desalojados de Torrent y sin cobrar desde hace dos meses. Esa es la actual situación de Huracán CF, un club que saboreó las mieles de la Segunda División hasta en dos ocasiones pero que, pocos meses después de un posible ascenso, podría desaparecer. Y es que la falta de ingresos y los descalabros deportivos han hecho que Huracán caiga en picado después de hacer una plantilla por encima de sus posibilidades este verano.

Sin presidente, ni director deportivo, Huracán se ha quedado huérfano de símbolos y mecenas, lo que ha hecho que el nuevo grupo gestor tenga que vérselas y deseárselas para controlar un club que era más que familiar y donde ahora peligra su supervivencia en la categoría a todos los niveles.
La escuela, uno de los estandartes de Huracán, ha sido la primera damnificada ya que han tenido que dejar el campo de San Gregorio ante los impagos del club en el alquiler de las instalaciones. Sin fútbol 8 como tal, de poco valieron los más de 200.000 euros invertidos en la remodelación de un campo que cerró sus puertas para el equipo rojiblanco ante las deudas. Impagos que han hecho que el juvenil de División de Honor y los equipos estandartes del centro de formación hayan tenido que marcharse de Torrent para recalar en el Mundial 82 de Catarroja.
Es allí donde, casi con total seguridad el primer equipo también desarrollará su fútbol -al menos el tiempo que les quede por hacerlo-.La desbandada en la cantera es un hecho y son muchos los futbolistas que están abandonando la disciplina del conjunto rojiblanco ante la falta de subvenciones y condiciones para la práctica del balompié. Parece que son papel mojado todas aquellas promesas y contratos firmados con los chavales de la cantera que iban a formar parte de la residencia situada en La Petxina, donde Huracán tenía un convenio de colaboración.
Los más pequeños tampoco se escapan de la crisis del equipo ya que son muchos los padres que han empezado a devolver las cuotas y sacar a sus pupilos de la escuela ente las extrañas situaciones que se están viviendo con una transición cuanto menos extraña de poder donde nadie quiere adquirir responsabilidades y en la que algunos padres se están planteando la posibilidad de denunciar al club.Unas deudas que van más allá de la utilización del propio césped para la escuela o primer equipo ya que tanto las oficinas de Valencia como las de Torrent han acabado por desaparecer.
El piso situado en Peris y Valero dio lugar a una sede en la localidad torrentina que duró hasta el final de la pasada campaña ya que, la falta de pago, hizo que fueran desalojadas.Esa falta de liquidez dio un pequeño susto la pasada semana cuando los responsables de las instalaciones de Torrent impidieron a algunos jugadores acceder al vestuario y donde tuvieron que suplicar para poder cambiarse dignamente. Sin utillero, tuvieron que ser los propios jugadores los que lavaran la ropa por su cuenta y los fisioterapeutas atender a los jugadores tocados en el mismo pasillo del San Gregorio a la vista de cualquier transeúnte que por allí pasara.
Situaciones esperpénticas que sobrepasan a los actuales gestores, quienes tampoco pudieron realizar el pago al árbitro en el último partido -habitualmente se hace en efectivo y tras el mismo- y le emplazaron por mediación del delegado a una transferencia los días posteriores arriesgándose así a una sanción de la Federación Española de Fútbol.
Pero si la situación es grave en casa, no lo es menos a domicilio, donde ya ni siquiera viajan un día antes del partido y no les cubren ni las dietas. Pagándose en algún desplazamiento de su propio bolsillo la comida, los actuales gestores únicamente han podido establecer un convenio con un restaurante de una gasolinera próxima a San Gregorio donde los futbolistas pueden picar algo antes de viajar en el mismo día, con lo que ello conlleva. Los salarios de la plantilla, el mayor problema

Los salarios de la plantilla son uno de los graves problemas

La firma de sueldos desorbitados este verano que van desde los 700 a los 6000 euros con primas incluidas hacen inviable un pago de salarios que a día de hoy peligra. Dos meses sin cobrar y futbolistas al límite son algunas de las situaciones que el nuevo aparato gestor espera resolver en breve con la colaboración de los propios jugadores, a los que les han pedido una disminución temporal del sueldo para hacer frente a los mismos.

Sin empleados

Tras la marcha de los utilleros -quienes tenían un sueldo cercano a 1500 euros-, los siguientes en salir han sido el jefe de prensa, Francisco Ortí, que a pesar de percibir una remuneración económica por su trabajo no figuraba en ningún sitio como empleado de la entidad; y el medico del equipo, quien se ha marchado tras varios meses sin poder cobrar ni firmar su nuevo contrato correspondiente a esta campaña.
La actual gestión del club se queja de que no estaba regularizada la situación de los trabajadores y muchos no figuraban como tal a pesar de recibir contraprestación económica "eran algo así como voluntarios que luego cobraban" asegura uno de los nuevos socios. 

¿Qué ocurrió?

Tras la no consecución del ascenso, el proyecto se tambaleó pero lejos de tirar la toalla, los anteriores gestores comandados por Toni Hernández dieron un paso al frente para intentar lograr el objetivo por última vez. Una ilusión que les llevó a un optimismo tan desorbitado como para firmar futbolistas por encima de las posibilidades que tenía el club con la falta de liquidez que acuciaba durante los últimos meses.
Por ello, la búsqueda de grupos inversores que fueron desde clubes de Primera División hasta conocidos empresarios valencianos, acabaron por determinar un traspaso a un grupo de empresarios valencianos liderados por Carlos Sanchís y Tomás García entre otros.Pero ni todo era tan bonito por una parte, ni tan ilusionante por la otra. La marcha de Manises a Torrent fue un salto de calidad importante, pero acabó por vaciar las arcas del club. Unas arcas que parecen estar empañadas en algunos de sus tramos ya que nadie se explica como un club que gozaba de buena salud ha podido acabar así.
Desde la actual aparato gestor del club rojiblanco se apunta a que la situación es crítica y piden colaboración y calma. Tanto es así que uno de los nuevos dirigentes apunta directamente a la anterior gestión ya que “las cuentas no eran tan claras como las habían enseñado cuando se procedió a la firma del protocolo de intenciones para la adquisición”. Mientras que el anterior gestor opina lo inversamente proporcional a lo que dice el actual dirigente. Dos partes enfrentadas que se sienten engañadas, pero lo cierto es que la situación, más allá de que es lamentable, viene heredada.
Sea como fuere, la marcha de algunos de los mecenas que avalaban de forma desinteresada el club ha hecho que la situación sea de quiebra técnica y, a día de hoy, la viabilidad de la entidad pasa por un convenio con otro club de elite que podría salvar la vida al equipo rojiblanco. Un escenario en el que va a entrar en juego el poder judicial ya que el actual aparato gestor se ha puesto manos a la obra para esclarecer los agujeros negros que hay en las cuentas -según la documentación que poseen y que están dispuestos a demostrar- y que no fue mostrada en las reuniones previas al traspaso de poderes.