La historia del subcampeón de Europa David Cantero
David Cantero, subcampeón de Europa en la cuarta carrera de su vida al aire libre. El triatleta de Alaquàs da la sorpresa al ganar la medalla de plata en los 5.000 metros. “Hace unos meses no sabía ni que había esta prueba en el Europeo”, confiesa
David Cantero es triatleta. De niño, con nueve años, se aficionó a este deporte siguiendo la estela de su padre y su hermano, que estaban en el Tri Cul Pelat, el club de triatlón de su pueblo, Alaquàs. Pero el año pasado empezó, con 17 años, a hacer alguna incursión muy esporádica en el atletismo. El viernes disputó la final de los 5.000 metros del Campeonato de Europa sub20, que se está celebrando en Tallin (Estonia), sin grandes aspiraciones. “Miraba las marcas de los demás y me daba por contento si acababa entre los diez primeros”, se sinceraba este sábado. Pero el valenciano sorprendió a todo el mundo, a él incluido, y salió de la prueba como subcampeón de Europa.
El atleta del Cárnicas Serrano no se lo cree y advierte que sus expectativas estaban muy por debajo de esta inesperada medalla de plata. “Te juro que no lo asimilo. Pero si a falta de 800 pensé: ‘Esto ya empieza a picar, ahora es cuando van a pasarme todos’. Pero aguanté y en la última vuelta solo pensaba en resistir en la cuarta posición, pero pinchó el que iba tercero y a falta de 200 metros ataqué al segundo y le pasé. Pero no me lo creí hasta que quedaban cincuenta metros, justo cuando pasé al lado de los compañeros de la selección, que no dejaron de animarme en toda la carrera”, asegura.
Cantero había seguido este año su preparación como triatleta. El 8 de agosto tiene la Copa de Europa en Riga, y en septiembre una prueba de la Copa de Europa, en Banyoles, que es clasificatoria para el Mundial de triatlón. Su entrenador, Roberto Cejuela, solo le dio dos semanas, las dos últimas, de preparación específica para el atletismo. Antes, carrera a pie combinada con la natación y el ciclismo.
Con doce años dejó el club del pueblo y entró en el Centro de Tecnificación de Cheste, donde se puso a entrenar con Vanessa Huesa, la entrenadora que le formó como triatleta. El año pasado, al ver que no paraba de mejorar, Huesa contactó con Roberto Cejuela, un técnico que trabaja en la Universidad de Alicante y que entrena a triatletas de la talla de Fernando Alarza, Roberto Sánchez Mantecón o el mediofondista Kevin López.
Alarza y Cejuela estaba el viernes en Madrid realizando su último entrenamiento antes de volar este sábado hacia Tokio. Los dos interrumpieron la sesión para ver la carrera de su joven compañero de 19 años, que les regaló esta alegría antes de partir. “Ahora ya sabemos dónde estamos”, advierte el entrenador, que tuvo la primera noticia de Cantero hace cuatro años. “Un día me llamo Vanessa y me dijo que tenía un chaval que había bajado de los 15 minutos en un 5K en ruta entrenando la carrera a pie solo un par de días. No me lo creía. Y hace tres años, un fin de semana de verano, Vanessa me pidió si podía venir a entrenar con nosotros. Y entonces fue cuando vi que tiene muy buena economía de carrera”. Cejuela no tiene prisa. Su pupilo seguirá entre el triatlón y el atletismo y los resultados internacionales, -“que no las marcas”, advierte- serán los que marquen su camino.
El año pasado, en febrero, justo antes de la pandemia, la atleta Davinia Albinyana, que trabaja como psicóloga deportiva en Cheste y pertenece al Cárnicas Serrano, convenció a Cantero y a otros chavales para que fuera a competir al Campeonato Autonómico de cross. “Yo llegué a Castellón y no conocía a nadie. Salí a toda leche y luego mantuve la distancia. Total, que me proclamé campeón autonómico sub18. Al acabar la carrera vino Pepe Peiró y me preguntó que quién era y de dónde salía. Y yo, que no sabía que era el seleccionador español y el director técnico de la FACV, le respondí: ‘¿Y quién eres tú?’ ¡No sabía quién era!”.
Dos semanas después se presentó con el Cárnicas Serrano en el Campeonato de España por Clubes. “Alguien me dijo que saliera rápido para poder colocarme. Así que dieron la salida y me puse a correr fuerte. Cuando llevaba 200 metros, me giré y estaba solo. ¿Y ahora qué hago? Pues seguir. Y aguanté primero hasta que me superó otro chaval y acabé segundo. Después me estrené en la pista cubierta, en el 3.000, y en el Campeonato de España sub18 solo pude ser tercero…”.
Corrió tres carreras bajo techo y luego se olvidó del atletismo . Dedicó el verano al triatlón y al siguiente invierno disputó el Federaciones de cross -fue tercero- y alguna prueba de 1.500 en pista cubierta. Y ya llegó el verano. Un día, su representante, el exatleta Álvaro Rodríguez, le planteó la posibilidad de disputar el Europeo sub20. “Yo no sabía ni que en el Europeo se corría el 5.000. No tenía ni idea”, reconoce. El problema es que no tenía la mínima, así que el 5 de junio se plantó en el Gran Premio Los Corrales de Buelna, en Cantabria. Como no tenía marca -la única carrera de su vida en pista y al aire libre había sido un 1.500 que le recomendó correr en Sevilla Kevin López- lo metieron en una de las peores series. No le importó. Se puso primero en solitario y después de doce vueltas y media sin compañía logró su objetivo: 14:33.23.
Pepe Peiró le pidió después que demostrara su buen estado de forma para ser seleccionado, pero como no estaba inscrito ni tenía marca en el 3.000, se quedó fuera del Campeonato de España. “Pero yo sabía que este chico es muy bueno y como iba a favor del interés de la selección española, le dejé que me lo demostrara en otra parte, y corrió en el Mitin de Barcelona y demostró que estaba bien (hizo 14:32.70)”, explica el seleccionador.
Luego siguió entrenando el triatlón con el grupo de Cejuela en Alicante, donde se ha mudado este año y donde el siguiente espera acabar el Bachiller para poder estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. A falta de dos semanas, su entrenador lo centró en el atletismo, donde se acaba de proclamar subcampeón de Europa en la cuarta carrera de su vida en una pista de 400 metros. “Pero si aún me siento incómodo con los clavos, no me familiarizo. Y tácticamente soy un desastre. Pero esto ha sido un bombazo. Una alegría increíble que me está costando asimilar. Ahora quiero clasificarme también para el Mundial, que será el año que viene en Kenia, en Nairobi, pero no sé si me da tiempo de hacer la mínima (14:12.00). Y, de momento, seguir con los dos deportes. Ya lo tengo hablado con Rober. Esa es nuestra idea”.
Ahora regresará a España, cargará la bicicleta, el bañador y las zapatillas y se irá de concentración a Sierra Nevada. Porque su vida deportiva sigue con el triatlón, donde tiene otros objetivos igual de ambiciosos, llegar al Mundial de su categoría.