Valencia Basket vuelve a visitar la pista de la Virtus Bolonia 21 años después
Valencia Basket visitará este miércoles la cancha de la Virtus Segafredo Bologna en un encuentro de la jornada 4 de la 7DAYS EuroCup 21 años después de su primera y única visita a la cancha del equipo italiano en el partido de ida de una eliminatoria de cuartos de final de la Saporta Cup que se jugó el 1 de marzo de 2000. Una serie que dejó un recuerdo imborrable en los aficionados que pudieron vivir en la Fonteta como aquel Pamesa Valencia casi le da la vuelta a los 24 puntos de desventaja que el equipo se trajo de Bolonia. Un enfrentamiento que se va a repetir 7.924 días después, ahora en fase regular, en otro escenario y en un contexto muy diferente al de entonces.
El contexto
En aquel marzo de 2000 Valencia Basket era un Club joven, con apenas 14 años de existencia y que estaba disputando su segunda temporada en competiciones europeas después de jugar la final de la Saporta Cup el curso anterior en su estreno en torneos continentales. La Virtus era uno de los grandes dominadores del baloncesto europeo en aquel momento, atravesando su particular edad dorada. El cuadro italiano había ganado la Euroliga del año 98 y había perdido la final del máximo torneo continental en el año 99. Se había encontrado a sí misma jugando la Saporta Cup después de caer eliminada en las semifinales de la Lega 1998-99 a manos del Ignis Varese de Mrsic, Andrea Meneghin, Pozzecco, Vescovi, Daniel Santiago, De Pol y Galanda que a la postre acabó ganando aquel título. Pese a ello, la directiva del conjunto boloñés mantuvo a la columna vertebral de su equipo campeón, disputando esa Saporta Cup con jugadores que ganaron la Euroliga del 98 y que volverían a ganarla en el 2001 como los luego taronja Sandro Abbio y Antoine Rigaudeau, además del argentino Sconochini, Frosini o Gus Binelli. El serbio Danilovic en su segunda etapa en la Virtus era la gran estrella dentro de esa galaxia de talento aunque ya no estuvo en el título de 2001. Para esa temporada 1999-2000 el cuadro italiano se había reforzado con el griego Ekonomou, el lituano Stombergas y el australiano David Andersen. Este último se quedaría para levantar la segunda Euroliga del equipo de la Emilia-Romagna. Un auténtico equipazo, acostumbrada a jugar y ganar finales y con Ettore Messina en el primer asiento del banquillo que se había paseado por la fase de grupos ganando todos sus partidos por una media de 30 puntos, que había arrasado al Telekom Baskets Bonn en los 1/16 de final y que sufrió su primera derrota en los octavos de final perdiendo de cinco puntos en Frankfurt. Una derrota que enmendó ganando por 83-53 a los alemanes en el partido de vuelta para meterse en los cuartos de final en los que se encontraría con el Pamesa Valencia.
El partido
Cuentan las crónicas de aquel encuentro que la visita en los cuartos de final de aquel equipo español que se las había hecho pasar canutas a la Benetton Treviso en la final de la Saporta Cup del año anterior fue el primero de los rivales que despertó realmente el interés de unos aficionados acostumbrados a llegar hasta el final en la máxima competición europea y que veían como su eterno rival, la Fortitudo, sí estaba disputando la Euroliga aquella temporada. La Kinder salió concentrada, con su juego interior anulando a Hopkins y Tanoka Beard y consiguiendo unas pequeñas rentas iniciales. Un tiempo muerto de Vukovic y la entrada al partido de Maluenda le quitaron la ansiedad inicial al cuadro valenciano, que con los triples del aragonés y Markovic empató el partido y llegaba al descanso con un esperanzador 36-34. Tras el intermedio, la maquinaria blanquinegra se puso en marcha. Rigaudeau (30 puntos al final del partido) asumió el protagonismo ofensivo y con Tanoka Beard en el banquillo con problemas de faltas y Hopkins sin poder encontrar el aro ante la defensa italiana, la distancia se fue haciendo paulatinamente más grande con Abbio ejerciendo de puñal al final para dejar el marcador en 85-61.
Se rozó la gesta en la vuelta
Una renta que parecía definitiva para un equipo acostumbrado a este tipo de eliminatorias. Incluso el propio Miki Vukovic era pesimista tras el partido respecto a las opciones de darle la vuelta al marcador ante un rival de tanto fuste y con tanta experiencia. Pero el Maestro y sus jugadores no iban a darse por vencidos antes de jugar. Y Pedrag Danilovic, ausente en el partido de ida por un cólico nefrítico, tuvo que acudir al rescate de la Virtus en el partido de vuelta de la Fonteta. Justo después de que un triple de Maluenda pusiese el 55-33 a 13 minutos y medio del final y colocase solo a dos de la remontada al cuadro valenciano, el astro serbio sacudió los fantasmas con un triple en el peor momento de la serie de los italianos al que luego siguió Abbio con dos canastas seguidas, pero Danilovic fue el hombre que sostuvo a la Virtus en esa segunda mitad. No se soltó el equipo taronja (que vestía aún de blanco por aquel entonces) y volvió a estirar su renta hasta ponerse +20 con dos minutos por jugar, pero dos rebotes ofensivos de un Gus Binelli que apuraba su última temporada en la Kinder y un triple de Ekonomou acabaron con las opciones en un partido que se terminó en un carrusel de tiros libres para dejar el marcador final en 78-59.
La primera vez contra la Virtus, en el Paladozza
El encuentro del miércoles será la primera vez que el Valencia Basket juegue contra la Virtus en Il Madison, el sobrenombre que recibe el Paladozza, la pista en la que el equipo boloñés disputó sus partidos como local entre 1957 y 1996 y donde lo ha vuelto a hacer de forma habitual desde 2017. El partido de 2000 se disputó en el Palamalaguti, actual casa de la Fortitudo con el nombre de Unipol Arena. Mucho han cambiado las cosas en estos 21 años. Aquel Valencia Basket que acababa de aterrizar en Europa en 2000 es ahora el Club que más veces ha ganado la competición en la que se vuelven a cruzar estos dos equipos. Levantó su primer título de liga acb en 2017 y viene de repetir dos temporadas seguidas en la Turkish Airlines EuroLeague por primera vez en su historia. El cuadro italiano, después de perder la final de esa Saporta Cup ante el AEK Atenas, mantuvo el bloque principal e incorporó a Manu Ginobili, Marko Jaric y Rashard Griffith para ganar la Euroliga de 2001. Poco después, en 2003, descendió a segunda división por problemas económicos y puso fin a su época dorada. Su regreso a la élite continental se ha ido madurando a fuego lento, con un segundo descenso a la segunda división italiana en 2016 y vuelta a la Lega al año siguiente, en una trayectoria claramente ascendente desde entonces en la que se proclamó campeón de la Basketball Champions League en 2019 y campeón de la Lega en 2021. Tras quedarse en semifinales de la 7DAYS EuroCup del año pasado, eliminados por el Unics Kazan tras ganar sus primeros 19 partidos del torneo, esta Virtus Segafredo Bologna busca su particular revancha con esta competición.