Zurimendi se despide emocionado: "Hemos pasado a pensar en Segunda División"

Con la voz entrecortada por momentos, emocionado, rodeado de su equipo de gobierno, y de la directiva del Barakaldo en pleno, se despidió Iñaki Zurimendi. Ha cumplido “un ciclo”, aunque resta el broche de la Copa. El técnico, con una labor impecable, quizás está muy visto en Lasesarre: “Hemos pasado a pensar en Segunda División”, resume. Axier Intxaurraga apunta a ser su sustituto.   

Alberto Romero, el joven presidente del Barakaldo, escoltó al míster de Alonsotegi. Ha sido uno de sus defensores este curso, y lo corroboró en un discurso sentido, profundo, en honor a sus servicios prestados: “Creemos que es la mejor decisión tanto de Iñaki como del club, a final de temporada terminará un ciclo que califico de notable alto. No hay que olvidar el Barakaldo que se encontró, descendido a Tercera y sin proyecto”. Recordó el famoso partido de Las Gaunas en la que casi se cuela en el playoff el mayo pasado y que “luchará” en los dos partidos que restan “para conseguir entrar en la Copa como se demostró derrotando al líder (Sestao) en su propio campo”. Agradeció su implicación en todas las facetas sociales y deslizó que perderá “un gran entrenador y gano un amigo”.  Zurimendi, un tipo llano y comprometido, en este adiós consensuado, enumeró a sus colaboradores uno a uno, resaltó a sus jugadores que ha dirigido estos tres últimos años, con los capitanes Ariño, Garrido y Rubio como ejemplo, utilizando con profusión la palabra “crecer”, la apuesta por la “juventud de la plantilla” y la “exigencia”. “Me he sentido respaldado por una gran parte de la afición, pero son tres años con mucho desgaste; es un buen momento. En el futuro del club también viene bien un cambio”, reflejó generoso. Aseguró que su intención es “seguir entrenando” donde le requieran, y que ha cumplido “un sueño, con el ascenso”. Este curso, con algunos mínimos detalles enderezados, protesta, “igual estábamos hablando de otros nombres”, apuntó Zurimendi, en referencia a un playoff que se ha escapado después de acariciarlo.