Bilbao se rinde a la clase de Philippe Gilbert
El belga Philippe Gilbert (Deceuninck Quick Step) ganó este jueves la duodécima etapa de La Vuelta, disputada entre Los Arcos (Circuito de Navarra) y Bilbao, con un recorrido de 171,4 kilómetros, en la que el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) mantuvo el jersey rojo de líder.
Gilbert, de 37 años, atacó en el Alto del Vivero e hizo en solitario los últimos 6 kilómetros exhibiendo una vez más su enorme clase y regulando hasta la entrada en la Gran Vía una ventaja que llegó a ser de unos quince segundos. Al final cruzó la meta con dos segundos de adelanto sobre el guipuzcoano Alex Aranburu (Caja Rural Seguros RGA) y el oscense Fernando Barceló (Euskadi Murias).
El pelotón con los favoritos entró a 3.15 minutos del vencedor, sin cambios en la general. Roglic sigue de rojo, con Alejandro Valverde segundo a 1.52 minutos, Superman López tercero a 2.11, Nairo Quintana a 3.00 y Tadej Pogacar a 3.05. Este viernes se disputará la decimotercera etapa, entre Bilbao, con salida desde San Mamés, y Los Machucos, de 166,4 kilómetros.
Etapa 12 - Stage 12 | #LaVuelta19
🇪🇸 Vive el último kilómetro de la victoria de @PhilippeGilbert gracias a @CarrefourES
🇬🇧 Live the last km. of Philippe Gilbert's victory thanks to @CarrefourES#CarrefourConLaVuelta pic.twitter.com/69JchI4hm4— La Vuelta (@lavuelta) September 5, 2019
El ritmo de inicio fue frenético y así fue difícil que se formara una escapada fácilmente. El pelotón no dio licencia para las aventuras hasta el kilómetro 65, cuando se marcharon para no volver 14 corredores. Nombre importantes, como Gilbert, Rojas, Aranburu, Lastra y Fernando Barceló.
Enseguida fue aumentando la distancia. La zona llana, solo rota por el Alto de Azazeta, dio paso a unos últimos 40 kilómetros donde se concentraban los alicientes de la jornada, con 3 tachuelas de tercera donde empezó el movimiento por la etapa. Se movieron los escapados, en ningún momento los favoritos, agazapados todo el día bajo el control de un Jumbo Visma que alejaba intenciones de ataques con un ritmo disuasorio.
En la subida al Alto de Urruztmendi (3a) aún se mantuvo la unión en la avanzadilla, pero en El Vivero (3a) ya encendieron los primeros petardos Felix Grosschartner (Bora-Hansgrohe) y Tsgabu Grmay (Mitchelton-Scott), quienes abrieron medio minuto que no les permitió seguir adelante con sus ilusiones.
Una ventaja que voló en las primeras rampas del inédito Alto de Arraiz, un muro cercano al centro de Bilbao de 2,2 kms al 12,2 por ciento y rampas del 21. Tocaba retorcerse y hacer eses sobre el desgastado asfalto de la subida.
El jefe de la fuga, Philippe Gilbert, tomó la palabra con un duro cambio de ritmo en medio de un pasillo de seguidores enfervorizados que le dejó al frente de las operaciones. Un golpe definitivo para un gran clásico, ganador de todos los monumentos del calendario menos la Milán San Remo, el último la París Roubaix 2019, que fue campeón del Mundo (2012).
Coronó Gilbert Arraiz con 21 segundos de adelanto sobre Barceló y Aranburu, aliados en busca de una victoria soñada. Ambos se entendieron, bajaron jugándose algo más que el chasis, pero perseguían a un ilustre del pelotón internacional de mucho fuste.
No hubo manera. Ambientazo en Bilbao. La Gran Vía de Don Diego López de Haro aclamó a Gilbert. Diez dedos, diez, mostró el ciclista valón. que además anotó la victoria 59 del Deceuninck en la temporada.