Tour 2020: Cuando París no vale una Misa
Tour 2020. Veintiún etapas... o veinte. El calendario dice que 21. Sucede que el que de amarillo termina la ante ultima etapa es dado por vencedor. Vencedor "virtual" se le dice. Pero vencedor a todos los efectos, sabedores los rivales directos del portador del maillot amarillo que la última etapa de la carrera concluirá con un masivo sprint en los Campos Elíseos parisinos.
Así las cosas, ahí tenemos a jovencísimo Tadej Podacar pedaleando junto a sus compañeros de equipo. Brazos en alto. Manos enlazadas a izquierda y derecha. Se rueda en salida neutralizada. Cierto. Pero cuando el banderín se baje, tampoco se le podrá atacar. Es más: sus rivales aprovechan para acercársele, regalarle los oídos y darle una palmada cariñosa en el hombro. Echo en falta el champán. Esa botella que el ganador descorcha para mojar los culines de las copas que le llegan, puro vidrio de Bohemia, no es para menos.
¿Paseas, ruedas o compites? Se trata de una ceremonia donde no cabe la confusión. Pobre del que se desmande. Del rival que amague con un ataque. Ahí tendríamos al mismísimo Christian Prudhomme acelerando, caballo al galope que ensoga al fugado con su lazada.
¿Quo vadis, Primoz Roglic? No le entiendo, señor Director, Pues le hablo en la lengua de Julio Cesar, aquel emperador que puso nombre ["Julianos"] a los Alpes que soberbios y hermosos se alzan en su Eslovenia natal. Por cierto, la misma Patria del joven al que con malas artes pretende desbancar: ¿Un esloveno matando a otro esloveno?...
Conversación, esta última, que no se produjo, pero seguro que estaba latente, en el aire, como a la espera de que a algún corredor, especialmente rival directo de Pogacar, se le ocurriera violar esa ley no escrita pero vigente a todos los efectos. Por eso el bueno de Tadej rueda como si lo hiciera con un grupo de amigos por un bidegorri afrancesado. Relajado. Feliz. Encantado de que su compatriota, al que desalojó del cajón más alto del podio dejándole su casco de contrarrelojista de aquella manera, sea el que más se alegra de su triunfo, aunque a una distancia brutal de Matxin, el vasco director deportivo que se lo comía a abrazos y besos luego de su sabática exhibición.
Tadej, yo te prometo que, cuando esta temporada acabe, ascenderemos el Trivalg para celebrar tu oro y mi plata. Roglic se refiere al pico más alto de los Alpes Julianos, techo de Eslovenia. Me parece genial, Primoz, se trata de hacer Patria, y en tu intento me tendrás a tu lado. Los dos...y toda esa gente de Komenda, pueblo natal de este 'niño campeón', que se sume a esa suerte de peregrinación a la Meca eslovena. 2864 metros. A Pie, le pregunta Pogacar, En bici sería imposible, le apunta Roglic...
Y mientras planean el festejo, el pelotón, a lo suyo, que es lo mismo que decir al galbaneo. Paseo. Como si fueran ciclo turistas y no profesionales. La etapa lo es, pero sin pescado, todo él se vendió en la contrarreloj del anteúltimo día: pescadería cerrada. Ni se compra ni se vende. ¡Me espanta esta manera de ponerle broche a la ronda más grande! Ni de oro, ni de plata, ni de bronce. No hay broche. Con candado se cerró la tabla luego de la grandeza de Pogacar y la debacle de Primoz. Por qué, me pregunto, o, mejor si decimos, para qué esta pantomima.
Si esta etapa de cierre no da más que para vencer al sprint, por qué no legislar dejándoles claro a los 'esforzados de la ruta' que la clasificación general definitiva sería la misma que la que quedó clavada cuando el 'Nene', que dice Eddy Merck, descompuso la figura de su 'Primoz' esloveno. Y que siempre sea así. Correrse una juerga el último día después de tanta exhibición, fuerzas de flaqueza y de tripas corazón.
En 1989, la ronda gala se cerraba con una 'crono'. Fignon era líder cuando empezó a pedalear tras el descuento de los dedos y el empujón a su sillín. Y desencajado se quedó, así como "les enfants de la Patrie", cuando Greg Lemmond, luego de volar por el asfalto, le robó a Laurent lo que el francés creía que ya era suyo. Me apasiona el Tour. Lo "quiero a morir". Pero cuando veo holgazanear a los ciclistas en la última etapa, apago la tele, cierro los ojos... y visualizo las rampas más duras del Col de la Loze.
Estimado comentarista de ciclismo señor Kuitxi Perez , bajo mi punto de vista el Tour de Francia y su ultima etapa en los Campos eliseos bien vale una misa .pregunte usted a todos esos esforzados que llegan a esa ultima etapa ,usted lo que quiere es mas sangre hasta el ultimo dia .Extraordinario Tour 2020 . El ciclismo se siente , algunos solo ven. Un fuerte abrazo .
El jovencísimo esloveno Tadej Pogacar vence a su compatriota Roglic. Para celebrarlo deciden ir, al acabar la temporada a pié, pq en bici es imposible, al Trivalg, el pico más alto de los Alpes Julianos e igual tb irá su pueblo natal, Komenda.