El asesinato de Gianni Versace: lo bueno y lo malo de la nueva serie de Antena 3
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La pasada noche se estrenaba en Antena 3 El asesinato de Gianni Versace, la segunda temporada de la serie antológica American Crime Story. Precedida de una crítica excelente debido al genial trabajo que fue The people vs O.J. Simpson y a una extensa promoción en la cadena, El asesinato de Gianni Versace consiguió situarse entre lo más visto en televisión generalista. Esto no significa que la serie haya calado bien en la audiencia; los comentarios sobre Versace fueron de lo más variopintos.
Pero, ¿por qué surgió tal división de opiniones? La mayoría de comentarios negativos que se vertieron anoche sobre la serie estaban centrados principalmente en no ‘saber’ qué se estaba viendo. ¿Era una película sobre el genio italiano de la moda? ¿Un telefilme dividido en varios episodios? Ni una cosa, ni la otra. La serie es 100% made in Ryan Murphy¸con todo lo bueno y lo malo que eso supone.
Cosas que no funcionan en El asesinato de Gianni Versace
La falta de cortes entre episodios
Esto no es fallo de la serie en sí, sino de la programación. Por una parte, se agradece la ausencia de cortes excesivamente largos, pero por otro la ausencia de éstos entre un episodio y otro solo ayudaban a crear confusión. ¿Cuándo comenzaba y empezaba otro? Es necesario recordar que las series norteamericanas están estructuradas en cinco actos, predispuestos para los cortes publicitarios incluso a que sean series de cable, ¿por qué no aprovecharlos?.
La estructura
El asesinato de Gianni Versace tiene una estructura fracturada que, a veces, dificulta el seguimiento de la trama. El continuo uso de los flasback y flashforward llega a ser más una carga que un elemento que provoque la búsqueda de atención. Sin duda le da un punto de originalidad y ayuda a que no sea tan lineal como un procedimental, pero tal y como se emitió ayer la serie llegó a ser cansado.
La mala estrategia de promoción centrada en el star system
De nuevo, este es un fallo de la cadena junto con la falta de cortes y espacios entre los episodios. La promoción de Antena 3 se centró en destacar a dos personalidades muy reconocidas en nuestro país: Penélope Cruz y Ricky Martin. ¿Dónde está el error? En hacer creer a la audiencia que tanto Donatella como Antonio, sus personajes, son esenciales para la serie. Ambos son meramente secundarios, al menos en los episodios iniciales, y ninguno de ellos tienen un rol relevante en lo visto hasta ahora. Sí, forman parte de todo el puzle que supone la muerte de Versace, pero la serie no se focaliza en ninguno de los dos. Esta falta de ‘atención’ hizo que mucha gente se preguntase indignada dónde estaban Cruz y Martin y porqué no salían tanto.
Cosas que sí funcionan en El asesinato de Gianni Versace
El elenco, en especial Darren Criss
En El asesinato de Gianni Versace Criss da vida a Cunanam, una interpretación que le está valiendo las alabanzas de críticas y público por el retrato tan frío a la par que encantador del joven asesino en serie. Él es gran parte responsable del éxito de la serie, a pesar de que ésta no llegue a ensimismar tanto como lo hizo su primera temporada.
Además de destacar a Darren como Cunanam, también merece reconocimiento Edgar Ramírez en la piel de Versace. Más allá del escalofriante parecido físico, lo cierto es que el actor venezolano interpreta con muchísima solvencia al diseñador, dotándolo de un aura de ternura alejada del clásico retrato de genio atormentado. El resto del cast, desde Penélope Cruz a Dascha Polanco pasando por un irreconocible Max Greenfield mantienen un trabajo interpretativo de gran nivel.
La presuntuosidad y ostentación
Se acusa a El asesinato de Gianni Versace de fallar por el uso de la presuntuosidad y la ostentación en cosas como su diseño de producción. Estoy en desacuerdo completamente. La serie sí es todo eso, pero lo abraza y lo muestra y no intenta parecer más oscura o compleja de lo que es. De hecho, lo que hace la serie es mostrar la época de decadencia noventera, siendo el marco perfecto para la caída de un Imperio como fue el de Versace.
Los colores pastel se convierten en lugares asfixiantes -Murphy sabe usar perfectamente este recurso, lo hizo con Freak Show-, los lujos y la miseria tanto material como moral, la perversión como moneda de cambio. Una manera de retorcer al género y asemejarlo más al estilo de American Horror Story que a lo que hizo en The People vs O.J. Simpson.
La focalización en el True Crime antes que en el biopic
El asesinato de Gianni Versace es un nombre con gancho. A bote pronto bien parece que la serie trata del diseñador italiano, de su vida, su obra y su muerte…pero no. La serie no deja de ser un True Crime y como tal se mantiene fiel a ese aspecto. Cometiendo un riesgo narrativo interesante, la serie se centra en la figura de Andrew Cunanam y en los acontecimientos que propiciaron el asesinato de Versace.
Así pues, en un equilibrio entre el docu-drama (e incluso con tintes de factual que tan de moda están en televisión) y la ficción se van desenvolviendo los hechos del asesino. Quién era, por qué hizo lo que hizo, qué le llevó a hacerlo o cómo conoció a sus víctimas son algunas de las preguntas que se esfuerza por responder Tom Rob Smith.