Review 1x01 Better Call Saul: "Uno"
Anoche AMC estrenó Better Call Saul, el esperado spin off de Breaking Bad. Dirigida por Vince Gilligan y por Peter Gould, nos llevan de nuevo al universo de Alburquerque de la mano del abogado Saul Goodman (Bob Odenkirk).
Estamos en el año 2002, y Saul Goodman aún no es Saul Goodman. Es James McGill, abogado de poca monta y con miles de facturas por pagar. Sin prestigio, sin dinero, sin poder. Nos encontramos ante un drama salpicado constantemente de humor, humor al uso, y también bastante negro. James, Jimmy McGill, sigue siendo ese abogado brillante sin éxito, a la vez patoso, activo, y sobre todo, buscavidas.
Sin duda BCS es una serie que los fans (y también minicríticos que somos todos) de Breaking Bad vamos a mirar con lupa. De Breaking Bad lo conocemos todo: su fotografía, colores, estilos de guión, teorías… Sin haber visto Better Call Saul, tenemos la sensación de que conocemos mucho de ella. Aquí está el reto de Vince Gilligan, Peter Gould y compañía: darnos un producto continuista, que ya conocemos, o darnos una serie por redescubrir.
Los primeros minutos son una secuencia en blanco y negro, de un tono nostálgico. En esta secuencia descubrimos a Saul Goodman después de Breaking Bad. Está en el estado de Nebraska, recordemos, al cual escapa con una identidad falsa en el capítulo Granite State, obligado por los acontecimientos con que finalizó Breaking Bad. En su trabajo en una cafetería, se asusta aún cuando un hombre grande y fornido parece que le mira amenazante, como reconociéndolo. En su casa, se pone cintas de vídeo de su antiguo spot como abogado de éxito. ¿Están así Gilligan y Gould identificando los sentimientos, de nostalgia y cautela, con los que los fans nos acercamos a esta serie?
El primer paralelismo con Breaking Bad se deja ver pronto. De hecho, al principio de la serie las palabras del propio Jimmy McGill nos lo explicitan: “Abogados… Sabes, somos como el seguro de salud. Esperas no necesitarlo nunca, pero, tío, no tenerlo… No.” El paralelismo, sin ir más lejos, es el fracasado Walter White con el fracasado James McGill.
Un James McGill interpretado por Bob Odenkirk que gana en matices y detalles, un personaje mucho mejor construido que el anecdótico Saul Goodman que conocíamos. Ahora conduce un destartalado Suzuki Esteem (amarillo, por supuesto) y cambia su voz al teléfono para aparentar que tiene una secretaria.
Se nutre de las tramas secundarias, como la de su hermano Chuck McGill (Michael McKean) y la compañía de abogados Hamlin Hamlin and McGill. Tramas repletas de personajes desconocidos, que marcarán la tónica propia de la producción. Brevemente veremos también al secundario que todos esperábamos, Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), sin duda, una de las garantías de éxito de esta serie.
Better Call Saul seguirá en la línea de las teorías que poblaron Breaking Bad: la teoría del caos, el efecto mariposa, el principio de incertidumbre… Algo que podemos ver al final del capítulo. Debido a un “error”, a una casualidad, la situación termina con uno de esos personajes traídos de Breaking Bad que hará las delicias de los fans. Personaje que probablemente sea uno de los desencadenantes de la nueva vida como abogado criminal de James McGill, el detonador de la construcción del exitoso Saul Goodman.
Inevitable es realizar una crítica, ya repetida respecto a Vince Gilligan, que es la insignificancia de personajes femeninos en este piloto. Sólo se intuye que un personaje cobrará protagonismo: Kim Wexler (interpretada por Rhea Seehorn), abogada en la firma Hamlin Hamlin and McGill; a la que por cierto, vemos arreglando un pequeño estropicio de Jimmy McGill. Premonición o no de su rol en la serie, su paso por este piloto es anecdótico.
A pesar de coincidir el estreno en AMC con los grammys en EEUU, estamos ante un lanzamiento muy bien acompañado por las plataformas que le darán eco. Netflix, con propuestas como la participación de Bob Odenkirk en redes sociales contestando a los fans, y también por Movistar Series, que cuestionan su propia compañía en esta inteligente publicidad:
Como vemos, las críticas a Better Call Saul, como la propia serie, beben de Breaking Bad. Pero seguro que en próximos episodios nos ofrecen suficiente material propio para ir desentendiéndose de estos paralelismos, no en vano, ya sabemos que ni Bryan Cranston ni Aaron Paul aparecerán por ahora, medida totalmente necesaria para no verse eclipsada. ¿Funcionará Better Call Saul por sí sola? Confiamos en Gilligan y Gould, y entonamos las mismas palabras de James McGill:
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