[Review] Juego de Tronos 5x07: "El Regalo"

¿Empiezan a calentar los motores para el noveno o vamos episodio a episodio saboreando las tramas? Sea como sea Invernalia se impone como eje fundamental del episodio. Little Sam, el Vidriagón, Theon, Los Salvajes, Stannis, Melissandre...unas joyitas que de momento no dejan de ser el aperitivo de un séptimo episodio, El Regalo. Con el paso de los minutos nos dejan bien claro qué personaje está detrás de ese apodo, pero el final nos devuelve a Desembarco del Rey en un apoteósico giro en La Corte. ¡Ay Cersei!, que hasta has sido TT y nosotros pensando que lo tenías todo controlado.

En el Norte al fin comienzan las excursiones de final de curso. Jon abandona el Norte en busca de los salvajes justo después de que Stannis lo hiciera dirección Invernalia. Pero el augurio es bueno, el de lucha y asesinatos. El porqué lo protagoniza Sam Tarly, que gustosamente cede el problemón de tener el vidriagón al bastardo de los Stark, que seguro sabrá darle mejor usa allá donde va.

El Beyond the Wall tendrá que esperar, porque en esta ocasión nos muestran qué será de El Muro después de que Jon y los suyos hayan dejado su casa. Significativa es la muerte de Aemon Targaryen (el maestre de la Guardia de la Noche) y sobre todo sus últimos minutos con Eli, su hijo (Little Sam) y Sam Tarly en una despedida tan melancólica como tenebrosa en la que el maestre ve en el pequeño Sam a su nieto Aegon y clama al cielo que lo lleven al sur. [ALERTA SPOILER DE UNA SOLA LÍNEA] Este se ha leído los libros de Martin y ve venir la tragedia.

"Era sangre de dragón, pero ahora se ha extinguido su fuego" elevó Tarly en su despedida, un último grito de esperanza antes del calvario, porque el rechoncho hermano tendrá que enfrentarse justo después a dos compañeros de negro que intentan abusar de Eli. Obviamente sale escaldado, masacrado, golpeado, sangrando sin parar, hasta que aparece Fantasma, fiel escudero de lo poco cuerdo que queda en el Muro. Eso si, los valores de Juego de Tronos son bastante claros: ¿me intentas salvar la vida?, yo te salvo de la tragedia de no estar nunca con una mujer. Y así se trazó el amor entre los dos tortolitos, que ya era hora.

Bastards can rule the world

Quizás George R.R. Martin tenga una obsesión con los bastardos y en concreto con darle poder, en concreto en esta quinta temporada de Juego de Tronos aparecen y en muy distintos ambientes varios hijos no deseados que han tomado un protagonismo en el poder de lo más variopinto. Jon se ha hecho con la Guardia de la Noche, Tommen 'reina' en Desembarco del Rey y Ramsay Bolton se ha apoderado de Invernalia (y de Sansa).

Y entiéndase apoderarse con todos sus significados extremos, porque excepto su padre, todos son sus vasallos o sus enemigos. Violación, mutilación, imposición. "Los bastardos podemos gobernar" clama. Y de la posible salvación que Sansa le pide a Theon, al Hediondo rastrero que susurra a su amo. De la traición a la mutilación hay un paso y el Norte no olvida, pero ahora mismo ese lema lo lleva a la maldad el propio Ramsay y su malévola e "INOCENTE" sonrisa, qué cachondos los directores de casting (y qué actorazo Iwan Rheon, de los mayores aciertos de las cinco temporadas junto a Dinklage).

En la excursión del segundo curso del Muro, Stannis y los suyos sufren las consecuencias de que se acerque el invierno. "Ya no es sólo un lema de los Stark" clama el autodenominado rey frente a un Davos que le pide clemencia con los suyos.

Stannis: "Iremos hacia la victoria o hacia el fracaso, pero marcharemos". Y bien que lo harán, porque si Melisandre lo ha visto en sueños, es que dominarán el mundo. Eso sí, parece que ha enfadado un tanto a su rey pidiéndole la sangre de su hija. Ahora entendemos el por qué vemos a la pequeña Shireen en un predecible viaje hacia la muerte por enfriamiento. Parece que Stannis no sóo tendrá que combatir a los Bolton cuando llegue a Invernalia, porque LLEGARÁ, ¿no?

Y de vuelta a Meereen, el señor Eko. Perdón, el mercader de esclavos que por desgracia parece que sólo aparecerá en dos episodios, vuelve a escena en la subasta para vender a Tyrion y a Jorah. Nada, los vende bien, el enano hace su broma y de lleno a las arenas. De lo que parecía una eterna subida para llegar a Dany, a tocar la campana en el primer round. Sorprendentemente Daenerys aparece en los juegos antes de lo previsto y claro, Jorah hace todo lo posible por hacer acto de presencia y ofrecerle su "regalo" a la reina que ahora le desprecia.

¿Y quién es aquel enano bajito que aparece esposado y con cara de pocos amigos tras volver a salvar su vida varias veces en los tres últimos episodios? "Soy el regalo, un placer conocerla señora. Mi nombre es Tyrion Lannister". Y ahora sin tener que utilizar su verborréa ni su verga, todo un mérito para el pequeño gran león.

PD: Dario Naharis parece que sólo aparecerá en esta temporada acostado en la cama con Daenerys y aconsejándole acciones de guerra. Nada como manejar la ciudad de Meereen con un poco de seducción. Le pide poco más que reunir a todos los amos de la ciudad en Los Grandes Juegos para así matarlos a todos. Ella no quiere ser una "carnicera", él le recuerda que "todos los reyes son carniceros". Y ni rastro de los dragones, una pena, nadie los quiere en el plan, tendrán que aparecer ellos solitos. ¡DROGOOOOOON!

Las Serpientes de la Arena juegan al Juego de Tronos en Dorne

Sí, son sólo cinco minutos, pero seguramente sea lo más interesante que hayas visto esta temporada en Sevilla Dorne. Más allá de la necesaria y absurda conversación de Jaime Lannister con una Myrcella que ya no conoce (está enamoradísima ella de Trystane Martell), las celdas centran toda nuestra atención.

Tyene Arena centra la acción en un amago de seducción a Bronn que finaliza siendo un engaño mortífero. Aquella daga que recibió el escudero de Jaime va más alla de una "cicatriz" esperada, ya que estaba emponzoñada. ¿Y quién tiene la poción que le salvaría la vida a Bronn? Pues la más mujer más bella del mundo, que más allá de ser hábil con las hierbas y con las pociones es una de las Serpientes más peligrosas. El primer plano plano de su mirada recorre todo su cuerpo en varias ocasiones como si la cámara fuera esa lengua seca que desprende Bronn ante la salvación del antídoto. Vigorosa escena, le perdona la vida, algo esconden los guionistas en Dorne, porque parece todo demasiado fácil.

Y al fin Desembarco, el constante tablero de ajedrez. Quizás hay que estar despierto a cada una de las palabras que asoman en este séptimo episodio. O no, puede por otra parte que El Regalo vaya más allá de la llegada de Tyrion a Meereen. La lucha de discursos es música para los oídos de la política en Poniente. Lady Olenna vuelve al discurso de lo económico ante el Gorrión Supremo, un tipo nada político y siempre ceñido al pueblo con su "cuando los muchos no le tienen miedo a los pocos".

Se lleva la más suave la imponente Tyrell, que posteriormente critica el ya inexistente "mercado de carne" de Meñique. Otra vez el brazo armado de la Fe de los Siete. Baelish centra su discurso en mirar al frente: "el pasado es pasado, el futuro es lo que merece discutirse". Ambos traman, "juntos matamos a un rey" deja caer Olenna, hablan de Cersei, de un chico, y la Fe en todas las esquinas. Joder, si es que el jodido Meñique parece saber ya el final de Juego de Tronos.

Las dos caras de Cersei

Cersei acaricia a Tommen como si de una cría herida se tratase. El joven bastardo grita con la necesidad de una tirita y su madre lleva varios años comprando cajas y cajas para cubrir suturas, aunque quizás haya descuidado la suya de tanto atacar protegiéndose. Eso sí, Cersei es demasiado inteligente como para entregarle a su hijo poder, le esconde a Margaery, le miente, pero traba la evolución Lannister que parece no tener frentes más allá de los tres hijos de Tywin. Los leones parecen acabarse más allá de ella y Jaime.

Y suyo es el final, de la Reina Regente. Hay tantas en Desembarco que había que jugar con los hilos. Por eso Margaery acabó en loz calabozos y precisamente tras ello estaba la leona mayor, que le lleva un falso cariño y comida a la amada de su hijo. El rechazo de la hermosa Tyrell le saca una sonrisa camino al Septón Supremo. Es el final del episodio, demasiada felicidad, todo va sobre ruedas, Cersei va a celebrar su triunfo ante el Gorrión Supremio y claro, de tanto tirar el dado ha caído en la casilla equivocada.

Jaque, que no mate. El Padre de los Fieles toma la palabra ante una indecisa Cersei que con el paso de los segundos empieza a comprender. "Pecados, un joven, pasado..." y así hasta que aparece Lancel, el brazo guerrero de la Fe. Las palabras casi toman presa a Cersei que de la mano de unas 'damiselas', acaba en una celda muy parecida a la de Margaery, encerrada en su propio barro y por su propia mano, por un pecado múltiple que deja en otro primer plano un episodio fuerte y que sigue abriendo puertas. En una temporada en la que faltan muertes, parece que van a llegar todas en tres episodios.