El Valencia CF proclama a los cuatro vientos el hashtag #YoCreoEnEsteEquipo. Razones no les faltan para apelar a la creencia de la parroquia. Un nuevo revés en forma de empate ante el Leganés hace temblar los cimientos de cualquier fe valencianista. Porque lo de creer en este proyecto se ha convertido más en una cuestión de fe que en una cuestión racional. Los resultados del Valencia CF no acompañan y, sin ellos, ni fe, ni creencia, ni Champions, ni Centenario.
Argumentos lógicos no faltan para confiar en el proyecto: la inversión en refuerzos, la calidad de la plantilla, los resultados demostrados por el entrenador y la tranquilidad desde la cúpula. Sin embargo, el cóctel que el año pasado funcionó, este no está dando los resultados esperados. ¿Por qué? Seguramente habrá muchas explicaciones que por separado den una explicación convincente a los racionalistas.
Por enumerar los argumentos más manidos y repetidos en bares, tertulias y redes sociales me quedo con: El entrenador no cambia el sistema aunque las cosas no funcionan; los jugadores no ponen la intensidad que debieran desde el principio y sólo aprietan de verdad cuando van por detrás; hay futbolistas intocables aunque no estén bien; no debió irse Zaza etc etc etc. Todos ellos tienen parte de razón. Es innegable.
Sigo esperando esa victoria contundente, con goleada, que permita recuperar la confianza perdida. Ya saben, parafraseando el refranero español: Goles son amores y no buenas razones
Sin embargo, si los juntas, es todo tan incomprensible como la frase: hay mejor plantilla pero peor equipo que el año pasado. O como cuando Parejo dice que hicieron un buen partido. Una cosa es que no nos preocupemos y otra que hicieran un buen encuentro.
Llegado a este punto del análisis, repasando la tabla, la conclusión es que aún no está todo perdido (aunque Gayà tiene razón cuando advierte que los rivales se alejan) y mirando las estadísticas, creo que una victoria en nueve jornadas es tan grave como tranquilizador es que sólo has perdido un partido. Quizá una goleada que nos quite la tensión y nos devuelva la confianza sea la solución a todos los problemas.
En resumen, #YoCreoEnEsteequipo, veo mimbres de sobra para enderezar esta situación, pero si los resultados no mejoran, algo habrá que cambiar para modificarlos. El sistema, la actitud sobre el campo o el nivel de exigencia interna. Entretanto, sigo esperando esa victoria contundente, con goleada, que permita recuperar la confianza perdida. Ya saben, parafraseando el refranero español: Goles son amores y no buenas razones. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia