Ha sido una semana de muchas, muchas emociones. Los ecos del Centenario aún resuenan en mi cabeza. Lo vivido el domingo pasado en Mestalla en el partido de Leyendas y antes en la marcha cívica y los actos del 18 de marzo jamás se nos olvidará a los que, de una manera u otra, participamos en ellos. Gracias a los que los hicieron posibles sin más distinciones que saber que, a su manera, todos velan porque el murciélago del Valencia CF vuele más alto cada día.
Lo que pasa es que el fútbol es ese maravilloso negocio (aunque a veces no tanto) que no espera a nadie, que una semana después te presenta un partido a cara de perro en Sevilla que tienes que ganar sí o sí para seguir soñando con la Champions. Y el Valencia CF, institución que permitió a sus aficionados tocar el cielo hace una semana, también supo bajar al suelo, al barro, y llevarlos al éxtasis de otra forma: venciendo al Sevilla y dejando la Champions a un paso.
El Valencia CF, institución que permitió a sus aficionados tocar el cielo hace una semana, también supo bajar al suelo, al barro, y llevarlos al éxtasis de otra forma: venciendo al Sevilla y dejando la Champions a tiro.
Este mes de marzo será recordado largamente. Enumerar todos los momentos en los que el valencianismo demostró tener una salud de hierro es tarea casi imposible. Los del día 18 y el partido de Leyendas son los más sonados, pero un servidor tampoco olvida la cita en Casa Mundo, la traca por el gol de Forment y sabe que otros muchos vendrán. El valencianismo no quiere bajarse de la nube en la que se ha subido y el equipo tampoco. ¿Se imaginan que esta escalada de emociones termina con un título? ¡Qué bonito es soñar! Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia.