En la última semana hemos acudido, por partida doble, a un espectáculo en forma de gesto pueril dentro de un show aún mayor. Y es que las finales de la UEFA Champions League entre Chelsea y Manchester City, y de la UEFA Europa League entre Manchester United y Villarreal CF, mostraron la realidad del fútbol actual: todo lo que no sea ganar es un fracaso. En esto se ha culpado mucho a la prensa, que por momentos se ha cebado con Pep Guardiola. No obstante, no es algo ajeno en los propios jugadores profesionales, especialmente entre los más jóvenes. Sí, esta columna es por lo de quitarse la medalla de subcampeón. No todos pueden ser el Real Madrid de Zinedine Zidane.
Guardiola, que a veces parece que o lo amas o lo odias, recogió en primer lugar la medalla de subcampeón. El técnico citizen besó la medalla, porque sabe lo mucho que cuesta llegar a estas finales. Luego pasaron los jugadores y, teniendo en cuenta el precedente de los jugadores del Manchester United, todos pusimos atención. Ferran Torres, Ryad Mahrez, Phil Foden o Zinchenko se la quitaron del cuello.
¿No ganar la Champions League es un fracaso, Ferran? ¿Sabes, Zinchenko, qué jugadores históricos nunca levantaron una 'Orejona'? ¿Os suenan a vosotros, jugadores del Manchester United, los nombres de Eric Cantona o Zlatan Ibrahimovic? ¿Son Ronaldo Nazário, Dennis Bergkamp, Francesco Totti o Gianluigi Buffon unos fracasados? ¿Es Diego Armando Maradona un fraude por no saber cuánto pesa una Copa de Europa?
Por si alguien no lo ha entendido: NO, claro que no. Son algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos. Y dudo mucho que los Marcus Rashford, Paul Pogba o Ryad Mahrez vayan a estar cerca, en cuanto a peso histórico, de cualquiera de ellos.
En el caso de la final de Champions, además, clama al cielo. Es que ningún jugador del Manchester City había disputado antes una final. Lo más cerca, las semifinales aquellas con Pellegrini, con pecheada épica ante el Real Madrid. Que todavía se la quitase Mateo Kovacic, que tiene tres de campeón en casa, pues mira, habría sido normal que le supiera a poco. ¿Pero Ferran, que ni jugó en la final de Copa del Rey del Valencia CF ante el FC Barcelona? Llamativo, cuanto menos.
Todo esto va con la gestión de egos. Para mí, es la asignatura pendiente del fútbol actual. Recuerdo a José Mourinho hablar del equipo de asesores que implantó en el Chelsea. Decía que los jóvenes, de la noche a la mañana, se veían colmados de fama y dinero, con lo cual desde muy pronto se creían que todo giraba en torno a ellos y que podían tener todo lo que quisieran. Esto, además, repercutía en su actitud tanto en los entrenamientos como en los partidos. Siempre me acuerdo de lo mismo porque creo que vio el problema antes de que arraigara en el fútbol actual.
Al final son las derrotas las que van fraguando el carácter de un equipo. Están bien la frustración y el enfado, siempre y cuando se utilicen de forma constructiva. Y es que la fuerza que te da la rabia no te la da la tristeza, pero esta solo sirve para hacerte sentir mal si no se canaliza. La plantilla del Manchester City ya sabe lo que es perder una final de Champions, y a buen seguro que, si este mismo bloque llega a otra, tendrá gran parte de la lección aprendida.
Esta derrota no es un fracaso. Un subcampeonato de Europa es algo de lo que estar orgulloso. El Atlético de Madrid perdió dos finales, pero a buena fe que Diego Pablo Simeone, con el paso del tiempo, estará contento de haber llegado a ellas. El propio Valencia desearía volver a la época en la que perdieron dos finales seguidas, porque al menos estaban ahí en la pelea. Tildar a estos equipos de fracasados por no levantar el trofeo es injusto y falaz, no responde a un análisis mesurado.
Y es evidente que debe haber frustración por perder, el deporte de élite necesita de esa exigencia. Pero seguro que no visteis a Juan Mata o el Kun Agüero quitarse la medalla. Gente que mamó del fútbol antes de que este se convirtiera en stories de Instagram y llamar fracasado a Pep Guardiola. Chavales del United y del City: el fútbol es esto, perder y perder hasta que salta la liebre y ganas. Dejaos de pataletas infantiles, que el fútbol suele dar nuevas oportunidades. Preparaos para ellas.